Los microchips siguen sin llegar a los proveedores de Seat ni a la fábrica de Martorell. La situación ha llevado a la compañía a comunicar a la plantilla un nuevo día de parón en la factoría, que de esta manera encadenará de momento cuatro jornadas consecutivas.
Los trabajadores de Seat vinculados a la producción están en casa por la aplicación de medidas de flexibilidad interna desde el día 25 de junio y seguirán así, al menos, hasta el día 30. Inicialmente, el parón tenía que afectar a los días 25, 28 y 29 pero la empresa ya advirtió de la posibilidad de alargar el periodo de inactividad si seguían sin llegar los componentes que integran los buscados chips.
El nuevo aviso de cese de producción afecta a las líneas 1 y 2, en las que se montan los modelos Seat Ibiza y Arona y León y Cupra Formentor, respectivamente. El parón añadido de estas líneas se suma al del equipo número tres, donde se ensambla el Audi A1 y que tiene un parón planificado hasta el 2 de julio incluido después de estar inactiva la semana anterior. Ahora queda por determinar si el parón total se alarga todavía más.
Más de 8.000 coches afectados
La factoría de Seat de Martorell estaba produciendo a un ritmo superior a los 2.000 vehículos diarios, con lo que los cuatro días de parón total supondrán que se dejarán de montar más de 8.000 vehículos.
La empresa confía en poder recuperar esos vehículos y los que se han dejado de producir en los meses previos en el segundo semestre y, especialmente, en agosto, cuando ha planificado el trabajo mediante la distribución de las vacaciones de la plantilla para evitar un parón total.
Los nuevos problemas que han obligado a Seat a parar la producción se registran un mes después de que la firma dejara de aplicar el ERTE anticipando su finalización. Pero en cuestión de semanas han vuelto a cambiar las perspectivas obligando a aplicar las medidas de flexibilidad interna previstas en el convenio colectivo.
