Industria

Roberto Colaninno, el último gran industrial italiano

El fallecimiento de Roberto Colaninno, propietario y presidente de Piaggio, deja a su hijo Matteo al frente del fabricante de Vespa

Roberto Colaninno, máximo directivo de Piaggio / PIAGGIO

Ana Montenegro

29.08.2023 20:04h

4 min

Con la desaparición de Roberto Colaninno (Mantua, 1943), uno de los protagonistas de economía italiana en las últimas décadas, parece cerrarse el ciclo de los grandes emprendedores e industriales italianos del siglo XX. Colaninno, que acababa de cumplir 80 años el pasado 16 de agosto y falleció la noche del 18 al 19 de agosto, fue el hombre que reestructuró Olivetti, un símbolo de las empresas italianas, desde la que lanzó la mayor OPA del país sobre Telecom Italia, y rescató Piaggio, el fabricante de marcas tan míticas como Vespa, Gilera, Aprilia, Moto Guzzi o Derbi. Actualmente era presidente de Immsi, la financiera familiar, y presidente y director general de Piaggio.

La sucesión está garantizada a través de su hijo Matteo Colaninno, vicepresidente de Piaggio, y Daniele Discepolo, vicepresidente de Immsi, que ejercerán de forma interina los poderes vinculados al fallecido hasta que los consejos de administración de ambas empresas nombren a los nuevos presidentes y gestores. El otro hijo de Roberto, Michele, es director ejecutivo de Immsi y asesor de Piaggio en estrategia global, producto, marketing e innovación. Esta situación previa asegura la continuidad y el valor en Bolsa. 

Modelo de moto eléctrica Vespa de Piaggio

Modelo de moto eléctrica Vespa de Piaggio

La herencia de Colaninno

Colaninno tenía, además, una sociedad patrimonial, Omniaholding, que posee el 59% de Immsi y esta, poco más del 50% de Piaggio. La herencia parece que se dividirá a partes iguales entre esposa e hijos. Colaninno falleció en su casa en el centro de Mantua, el Palazzo Canossa, un edificio del siglo XVII que había sido completamente restaurado y en el que también viven sus hijos con sus familias.

Roberto Colaninno, economista, ha sido durante medio siglo protagonista del mundo empresarial y económico italiano y su vinculación con la automoción y la movilidad fue el vértice de su carrera. Empezó a trabajar en 1969 en Fiaam Filter, una empresa italiana de componentes para automóviles con sede en Mantua, en la que llegó a director general. En 1981 fundó Sogefi para hacer componentes mecánicos, que pronto entró en el holding CIR (Compagnie Industriali Riunite) creado en 1976 en Turín por el ingeniero e inversor Carlo De Benedetti.

CIR se convirtió en 1978 en el principal accionista de la histórica Olivetti. En 1995, Colaninno pasa a ser el director general de Olivetti en el momento de la mayor crisis de la empresa, las máquinas de escribir ya no eran negocio, había que transformar la empresa y Colaninno anuncia que se convertirá en un holding de telecomunicaciones. Tras vender en 1998 Omnitel, el segundo operador italiano de teléfonos móviles, por más de 7.000 millones de euros, a principios de 1999 lanza una OPA para hacerse con Telecom Italia, la OPA más grande lanzada nunca en Italia, en unos años en que en España se vivían operaciones similares. La de Colaninno tuvo éxito y él pasa a ser su presidente y consejero delegado.

Museo de Piaggio

Museo de Piaggio

Unión frustrada con Fiat

En 2002 compra Immsi, nacida de la escisión de los inmuebles de Sirti, una empresa de la galaxia Telecom, que transforma en un holding de participaciones industriales y saca a bolsa. A través de esta sociedad compra en 2033 Piaggio, el mítico fabricante de las Vespa, con sede en Pontedera (Toscana) que actualmente opera con las marcas, Vespa, Gilera, Scarabeo, Aprilia, Moto Guzzi, Derbi, Ape, Piaggio Vehículos Comerciales. Solo unos meses antes había tanteado a Umberto Agnelli para hacerse con Fiat

La llegada de Colaninno, pese a las incertidumbres, supuso un alivio para Piaggio y sus trabajadores. El fallecimiento en diciembre de 1997 de Giovanni Alberto Agnelli Piaggio, llamado a ser el heredero de la dinastía y a unir las dos grandes empresas de automoción italianas, supuso un duro revés para la fusión. ‘Giovannino’ tenía sólo 33 años y falleció de un raro cáncer fulminante. 

Los analistas italianos de Mediobanca creen que la muerte del patrón "no cambiará la estrategia de Piaggio a corto plazo, aunque esperamos que los inversores consideren que se hace más probable la adopción de posibles acciones en el grupo para liberar valor". 

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