El consejero delegado de Renault, Luca de Meo, se ha caracterizado en los últimos meses por ser un ferviente defensor de los coches híbridos, de los que dependen las fábricas de la compañía en Europa. Pero, tras plantar cara a la Comisión Europea por castigar a los híbridos, De Meo ha moderado su postura y ha abrazado de pleno los turismos sin emisiones, hasta el punto de que Renault será 100% eléctrica a partir de 2030 en Europa. En esa estrategia se incluye también la producción de modelos eléctricos en España, algo que a corto plazo está reservado a las fábricas de Francia.
Renault está "preparando las condiciones para que en 2030 Renault sea una marca puramente eléctrica en Europa". "Tenemos una obligación de participar en la descarbonización" de la industria automovilística teniendo en cuenta las reglas que impone la Unión Europea para una progresiva disminución de las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de cada fabricante, recordó.
La firma francesa ha decidido concentrar la producción de sus vehículos puramente eléctricos en varias factorías del norte de Francia, de donde se prevé que se empiecen a fabricar nueve modelos en el periodo 2022-2024, con el objetivo de producir más de 400.000 para 2025.
De amenaza a oportunidad
Esta apuesta se complementa con la localización de los vehículos híbridos en plantas en España porque es allí donde se ha visto que hay una cadena de valor, según señaló el responsable industrial de la compañía, José Vicente de los Mozos, que reconoció que la tecnología de los motores híbridos es de transición, y que a más largo plazo las instalaciones industriales en España se reconvertirán para producir vehículos eléctricos.
Unos meses antes, Luca de Meo había advertido de que la propuesta de la Comisión Europea de vetar la venta de coches de combustión y de híbridos a partir de 2035 ponía en peligro el plan industrial de Renault para España, que se basa en la producción a partir de este año de cinco modelos híbridos enchufables en Valladolid y Palencia.
En la nueva estrategia del grupo francés, la marca de bajo coste Dacia seguirá fabricando y vendiendo vehículos con motores de combustión al ir destinada a un segmento de mercado y a unos países con menos penetración de la electrificación.
Transformación de Sevilla
Luca de Meo ha advertido de que la falta de infraestructuras de carga en algunos países europeos, sobre todo del este y del sur, "es un problema" para el progresivo desarrollo del vehículo eléctrico, como también el hecho de que su precio es superior al de los de combustión.
De forma paralela, el plan de transformación Renaulution incluye también el reacondicionamiento de vehículos, que va a ser el centro de la actividad de su factoría de Flins, al oeste de París, en la que ya salieron 2.000 unidades modificadas el pasado año y para la que el objetivo es 45.000 anuales. "Vamos a hacer lo mismo en Sevilla", indicó el consejero delegado, que reconoció que en esa planta española "el proyecto por ahora es menos importante. Pero quién sabe".
Según De los Mozos, con la crisis actual es previsible que el mercado de vehículos de ocasión aumente y el reacondicionamiento va a permitir alargar la vida de los vehículos. Por ejemplo, cambiando un motor de combustión por otro de tecnología más moderna.