Renault no tiene claro los nuevos modelos que se podrían fabricar en el horizonte de futuro en las fábricas de Valladolid y Palencia debido a la "incertidumbre" reinante en el sector de automoción. Con ese argumento, la dirección de Renault España ha planteado prorrogar un año las condiciones del convenio colectivo, lo que equivale a aplicar la congelación salarial en 2025 para mejorar los costes y optar a futuras adjudicaciones, aunque sin concretar.
La compañía francesa rompe las normas habituales de negociación de los anteriores convenios colectivos, en los que las medidas de contención de los costes laborales estaban vinculadas a planes industriales que daban un horizonte de estabilidad. En este caso, Renault argumenta que la incertidumbre hace "imposible la adjudicación" de un plan industrial a las plantas españolas, que además quedan fuera de los nuevos modelos 100% eléctricos, reservados a Francia.
Panorama sombrío
La directora de Recursos Humanos de Renault Group en España, Reyes Torres, ha pintado un panorama sombrío marcado por "el tsunami regulatorio, las exigencias de descarbonización, la digitalización, la volatilidad tecnológica y de los precios de las materias primas o la transformación de la fuerza laboral". Esos factores impiden, según Renault, "tener una visibilidad clara de la demanda", por lo que la firma ha planteado lo que califica de "año de transición" con el que "se lograría posicionar a las fábricas de Renault Group en España en las mejores condiciones de competitividad de cara a posibles futuras adjudicaciones".
El planteamiento de Renault contrasta con la situación de las fábricas españolas, que han ido aumentando la producción con el objetivo de igualar los 500.000 coches de antes de la pandemia gracias a la aceptación de los nuevos modelos en producción, que incluyen versiones híbridas no enchufables más aceptadas en el mercado. Unos días antes, el CEO de Renault, Luca de Meo, destacaba la buena situación de las plantas españolas precisamente por su especialización en híbridos.
En la factoría de montaje de Valladolid, el ritmo de producción ha alcanzado a mediados de octubre la velocidad de crucero de 1.115 coches al día, lo que ha permitido recupear el turno de noche suprimido en 2022 y sumar unos 1.000 empleados.
El mismo día en el que se constituía la mesa de negociación del convenio colectivo, el presidente de Renault España, Josep Maria Recasens, recibía en la sede de Renault en París al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que anunciaba que la Junta y la compañía "trabajarán de forma conjunta para garantizar el futuro y la competitividad de las plantas del grupo en España".
Recortes salariales anteriores
Los sindicatos ya han advertido a la dirección de Renault en España que no aceptarán la congelación salarial teniendo en cuenta el aumento de la producción y los esfuerzos asumidos por la plantilla en el anterior convenio colectivo, que establecía la congelación salarial en 2021 y 2022, una subida del IPC más 0,5 puntos en 2023 más otro 0,5% adicional si se cumplían los objetivos del Plan Renaulution y el IPC más un 1% en 2024. Además, el absentismo computa para una nueva prima de contribución individual que premia a los trabajadores que no falten a su puesto de trabajo.
Esas condiciones de mejora de la productividad y competitividad permitieron la adjudicación de un plan industrial con cinco nuevos modelos, nuevos motores y cajas de cambio que garantizaban el empleo y permitían crear 1.000 contratos indefinidos.
UGT, el sindicato mayoritario, admite que viven "momentos muy complicados", pero ve "inasumible un acuerdo sin la adjudicación de un Plan Industrial y con una congelación salarial como propone la empresa". Por ello advierte de que "no llegará a ningún acuerdo que no mejore el poder adquisitivo de los trabajadores de Renault España y mantenga el empleo". Para CCOO, "los trabajadores tienen que ser compensados por los esfuerzos hechos durante los últimos años".
