La carrera por construir nuevas fábricas de baterías se acelera cada vez más con proyectos de todo tipo. Una de las peculiaridades de las plantas de producción de las celdas de baterías es que necesitan una gran superficie de terreno. En el Reino Unido han encontrado una insólita solución para ese reto, que consiste en transformar un aeropuerto en una enorme gigafactoría.
Hace unos días, aficionados a la aviación se reunieron con sus avionetas en un acto de protesta que llevaba como lema 'Salvemos el aeropuerto de Coventry'. Se oponen a que el aeródromo desaparezca engullido por la nueva movilidad eléctrica. Pero estos defensores de mantener las pistas para las aeronaves tienen ante si la difícil tarea de buscar aliados para frenar una inversión de 2.500 millones de libras esterlinas (casi 3.000 millones de eruos) que crearía unos 6.000 empleos.
Tan grande como Nissan en Barcelona
De momento es solo un proyecto que ha unido a varias administraciones y empresas de la zona, que quieren aprovechar el viejo aeropuerto para albergar una planta que ocuparía más de medio millón de metros cuadrados, equivalente a 74 campos de fútbol. Es una superficie similar a la que ocupa la fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, pero que algunos dijeron que eran insuficientes para acoger una planta de baterías como justificación ante la huida de algunos proyectos.
En Coventry sí cabe esa gigafactoría, que sería la más grande del Reino Unido y una de las mayores del mundo. Tendría una capacidad para 60 GWh, 40 más que la planta proyectada por Seat y Volkswagen en España en el plan con el que aspira a recibir los fondos europeos que adjudicará el Ministerio de Industria. Esos 60 GWh permitiría abastecer a unos 600.000 coches eléctricos cada año.
El aeropuerto de Coventry fue inaugurado en 1936, operó como base aérea militar durante la Segunda Guerra Mundial y registró vuelos comerciales hasta 2009. Desde 2010, la explotación corre a cargo de la compañía Rigby Group con un arrendamiento a largo plazo al Ayuntamiento de Coventry. Todas las partes implicadas participan en el impulso de este proyecto, que tiene por delante desafíos estratégicos.
Faltan permisos e inversores
Uno de ellos es el permiso urbanístico para convertir el aeropuerto en una planta de baterías, que se solicitó en julio de 2021 y todavía se encuentra en tramitación. El futuro de la planta depende también del compromiso para adquirir baterías por parte de algún cliente, que podría ser el grupo Jaguar Land Rover, con fábrica en la misma región de West Midlands. Por último, y no menos importante, necesita inversores, y una empresa especialista en baterías que esté interesada, así comoimportantes ayudas públicas por parte del Gobierno de Boris Johnson.
En caso de cumplir todos estos requisitos, la planta de Coventry sería la segunda en estar operativa en Reino Unido tras la fábrica de baterías ya anunciada por Nissan junto al grupo Envision AESC con una inversión global al final del proyecto de 2.097 millones de euros.