La pandemia de la COVID-19 y las medidas de contención han perturbado profundamente nuestras vidas y alterado las perspectivas de crecimiento de la economía española. Los efectos están siendo asimétricos, afectando a sectores como el turismo o la automoción que dependen de la confianza de los consumidores, muy mermada por la crisis sanitaria.
Sin embargo, hay razones para el optimismo. Tenemos que convertir el desafío de la recuperación en la oportunidad histórica para reactivar el sector automovilístico español mediante la generación de nuevas iniciativas que aumenten su competitividad y su resiliencia, para que la industria de automoción española se incardine en los ecosistemas de oportunidad europeos vinculados a los grandes proyectos de cooperación, como los del vehículo eléctrico o del hidrógeno, entre otros.
Hacia la movilidad sostenible
El sector de la automoción se enfrenta, pues, a grandes desafíos que giran alrededor de la necesidad de avanzar hacía una movilidad sostenible. Ello implica cambios en la demanda, como por ejemplo en los hábitos de compra o el vehículo compartido, y con ellos, nuevos servicios para facilitar estas soluciones, servicios basados en la digitalización, las redes sociales, el 'big data', lo que lleva a que empresas de otros sectores aprovechen estos cambios para entrar en el sector de la movilidad y capturar valor.
Implica también cambios en la oferta, que debe reducir continuamente las emisiones de sus vehículos, tanto de gases efecto invernadero como contaminantes, así como digitalizar su producto de forma que pueda integrarse adecuadamente en la nueva demanda. Todo ello en un marco regulador cambiante, que señala el camino de la sostenibilidad y la digitalización. En este sentido, según el barómetro Auto Mobility Trends, el 57,7% de las empresas del sector del automóvil prevén aumentar sus inversiones en nueva movilidad en 2020. El 77,68% de las empresas centran su inversión en nueva movilidad en la electrificación, un porcentaje que llega al 91% en los fabricantes y al 58,3% en los proveedores de componentes, según el barómetro.
Ampliar el negocio
El sector automovilístico español debe acometer las inversiones necesarias en I+D, tecnología y plantas de producción para transformar la oferta a lo requerido por el mercado. A su vez, deben ampliar su negocio para poder abarcar servicios de movilidad y digitalización. Otra cuestión a reflexionar es sobre el sector de los concesionarios, que deben ir ampliando su modelo de negocio para aprovechar esta nueva demanda de servicios.
Estos cambios suponen una oportunidad para afianzar el liderazgo mundial que tiene el sector de automoción español y desde el Gobierno queremos contribuir a este objetivo colectivo reforzando la colaboración público-privada a través de iniciativas como la Mesa de Automoción y apoyando a un sector que consideramos estratégico con ambiciosos programas como los recogidos en el Plan de Impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción.
De esta pandemia hemos aprendido lecciones importantes y extraído muchas conclusiones. El sector de la automoción es un ejemplo, pero en general, la industria es fundamental para el crecimiento de un país y de su sociedad. Me atrevo a ir aún más allá: es estratégica, y sin industria no hay progreso.
Este artículo se ha publicado en la revista impresa con los resultados del barómetro Auto Mobility Trends, impulsado por Coche Global y YGroup. Pincha en este enlace para acceder a la publicación íntegra.