El ambicioso proyecto europeo para competir con los gigantes asiáticos en la producción de baterías para vehículos eléctricos ha llegado a su fin. Northvolt, la gran apuesta sueca para liderar la industria de baterías en Europa, se ha declarado en quiebra en Suecia, poniendo punto final a un plan que pretendía reducir la dependencia del continente de empresas como CATL y BYD.
Un gigante que no pudo sostenerse
Tras la declaración de la quiebra, un administrador designado por el tribunal gestionará la liquidación de activos y el pago de deudas, que ascienden a más de 8.000 millones de dólares. La compañía, que contaba con el respaldo de grandes inversores como Volkswagen (21%) y Goldman Sachs (19%), no ha conseguido asegurar las condiciones financieras necesarias para seguir operando. En noviembre de 2024, Northvolt ya había solicitado la protección por bancarrota en Estados Unidos bajo el Capítulo 11, buscando una última oportunidad de reestructuración. Sin embargo, sus esfuerzos han resultado insuficientes.
El proyecto Northvolt, fundado en 2016 con la promesa de convertir a Europa en un referente en la producción de baterías sostenibles, recibió más de 10.000 millones de dólares en financiación pública y privada a lo largo de los años. En 2023, la compañía logró un préstamo verde de 5.000 millones de dólares para expandir su planta en el norte de Suecia, pero la falta de avances productivos y los problemas financieros llevaron a su cancelación.
Las causas del colapso de Northvolt
Los problemas de Northvolt fueron múltiples y crecientes:
- Dificultades en la producción: su planta insignia no logró alcanzar los niveles de fabricación esperados.
- Burocracia y regulación: la industria de baterías en Europa se ha visto obstaculizada por una normativa compleja y lenta.
- Baja demanda de vehículos eléctricos: la adopción de vehículos eléctricos en Europa no ha crecido al ritmo esperado, lo que ha reducido la necesidad de nuevas baterías.
- Cancelaciones de pedidos: en junio de 2023, BMW canceló un contrato de 2.000 millones de dólares con Northvolt al no cumplir los compromisos de suministro firmados en 2020.
5.000 empleados afectados
El fracaso de la empresa no solo deja en el aire a más de 5.000 trabajadores, sino que representa una de las quiebras más grandes de la historia de Suecia, comparable con la caída de Saab hace más de una década. Además de la pérdida de una empresa clave, la quiebra deja a los fabricantes europeos en una situación delicada. La Unión Europea había apostado fuerte por la producción local de baterías para competir con China, pero los desafíos económicos y tecnológicos han sido un obstáculo insalvable.
Además, la quiebra de Northvolt deja a sus socios estratégicos sin un proveedor clave. Scania, por ejemplo, ya ha anunciado que buscará un nuevo suministrador de baterías, lo que confirma el impacto en toda la industria.
