El Smart fue una idea genial con un nacimiento difícil y un final industrial en Europa que también ha sido largo. La pasada semana se fabricó en la planta de Hambach, en Mosela, al norte de Francia, el último Smart Fortwo europeo. Ha sido una versión eléctrica, que es la única que se fabrica desde 2020, una decisión que supuso una caída de ventas de la marca de hasta el 80%.
Desde 2019, Smart es una empresa mixta entre Mercedes-Benz y el fabricante chino Geely, cada uno tiene el 50% del capital. Los nuevos modelos de la nueva empresa se producen en China, aunque se diseñan en Europa. El primero, el Smart #1, se lanzó en 2022 y el segundo, el #3, se acaba de empezar a vender. Son modelos 100% eléctricos y atractivos, pero sin la versatilidad del original biplaza aunque con el objetivo de lograr la rentabilidad que no tuvo el Smart original.
El Smart en la fábrica francesa de Hambach / MERCEDES
El Smart fue un proyecto conjunto entre Mercedes-Benz y el relojero suizo Swatch, aunque este último dejó muy pronto en manos del fabricante alemán todo su desarrollo. La idea fue del suizo Nicolas Hayek, que se había hecho millonario en los años 80 del siglo XX con los relojes Swatch. Quería hacer un microcoche urbano, biplaza y fácil de aparcar, lo definía como "un coche de pulsera".
Un coche inspirado en Swatch
Encontró su socio tecnológico en Daimler, con quien creó una empresa mixta en 1994 para fabricar el Smart (Swatch Mercedes Art), que medía sólo 2,5 metros de largo, lo que permitía aparcarlo contra la acera entre dos coches en línea y girar en solo 6,95 metros. Tenía la posibilidad de cambiar los colores del interior y los paneles de la carrocería y estaba propulsado por un motor de gasolina de tres cilindros hasta alcanzar 130 km/h.
Pero el proyecto resultó más caro y complejo de lo que esperaba el suizo. Se construyó la nueva factoría de Hambach, cerca de la frontera con Alemania, que arrancó en octubre de 1997 y el primer Smart City Coupé (luego se llamó Smart Fortwo) se presentó en septiembre de ese año.
Pero la comercialización se retrasó a finales de 1998, poco después de que Hayek saliera de la compañía que había ayudado a crear, para reforzar su seguridad. Finalmente se empezó a vender sólo en nueve países europeos, entre ellos España, con un precio de 1,3 millones de pesetas (poco más de 7.800 euros actuales). Para la época era caro y generaba recelos su fiabilidad. Aunque también desde el principio tuvo entusiastas seguidores. En 1999 apareció una versión diésel, con un consumo de sólo 3,5 litros a los 100 km, y en el 2000 se lanzó el descapotable más pequeño, que costaba 1,8 millones de pesetas (unos 11.000 euros).
Celebración del 20 aniversario del Smart en Hambach / MERCEDES
Posible retorno del Smart Fortwo
El Smart era original, práctico y muy bonito así que termino triunfando. Fue el único automóvil que estando en producción se expuso en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En 2008 cumplió diez años con una versión especial firmada por Hermès, al fin de cuentas era un coche fabricado en Francia, y ya acumulaba una producción de un millón de unidades. En 2007 se lanzó una segunda generación, un poco más grande, 2,7 metros, aunque mantuvo los 1,5 de ancho y alto. Ese año llegó a Estados Unidos y uno más tarde a China. Cuando cumplió 20 años, en 2018, se vendía en 46 países y ya tenía versiones eléctricas.
La producción del Smart Fortwo en Francia era casi testimonial desde hace dos años. De hecho, desde finales de 2020 la fábrica es propiedad de la británica Ineos, que produce allí el 4x4 Grenadier. Los últimos Smart Fortwo se han fabricado, por lo tanto, dentro de un acuerdo que también incluye piezas para los modelos Clase A y Clase B de Mercedes.
El hueco que deja en el mercado el Smart Fortwo lo han ocupado diferentes fabricantes de cuadriciclos, pero Smart se guarda una baza, el nombre #2 no lo ha utilizado, aunque ese nuevo urbano biplaza no se vería antes de 2027.
