Porsche ha anunciado que ampliará su ajuste de plantilla hasta 3.900 empleos que serán eliminados en los próximos años. Esta medida, que se implementará hasta 2029, responde a la necesidad de Porsche de adaptarse a un entorno económico desafiante y a la transición hacia la electromovilidad ante las ventas de modelos como el Taycan por debajo de las expectativas.
Según confirmó un portavoz de la marca del grupo Volkswagen a Reuters, la reducción afectará en gran parte a sus principales plantas en Stuttgart-Zuffenhausen y Weissach, situadas en el suroeste de Alemania, donde se espera un recorte del 15% en la fuerza laboral. No obstante, Porsche, dirigida por Oliver Blume, que también es el CEO del grupo Volkswagen, aseguró que no habrá despidos forzosos debido a un acuerdo de protección de la ubicación válido hasta 2030.
El proceso de reducción de empleo comenzó en 2024 con la no renovación de contratos temporales de 1.500 empleados, a los que se sumarán otros 500 cuyos contratos están llegando a su fin. Sin embargo, la compañía considera que estos ajustes iniciales no son suficientes para garantizar su competitividad en el futuro. Por ello, el Consejo de Administración y el Comité de Empresa han decidido eliminar otros 1.900 puestos de trabajo en toda la compañía durante los próximos cuatro años.
Recorte sin despidos forzosos
Para minimizar el impacto en su plantilla, Porsche también apostará por mecanismos como la fluctuación natural de empleados, el cambio demográfico y una política más restrictiva en la cobertura de vacantes y nuevas contrataciones.
"Porsche sigue estando en una posición relativamente buena, pero hay muchos retos que superar, como el retraso en la implantación de la electromovilidad o las difíciles condiciones geopolíticas y económicas", señaló el portavoz de la compañía.
El plan de reestructuración de Porsche se enmarca en una estrategia más amplia de optimización de recursos dentro del Grupo Volkswagen, que busca fortalecer su posición en un sector automovilístico en plena transformación. Volkswagen acordó con el sindicato IG Metall un plan de reducción de plantilla de la marca en Alemania de 35.000 empleados y un ajuste de la capacidad de producción.