Las patronales de automoción se han señalado por su oposición a la nueva reforma laboral, con lo que cual se han desmarcado de la mayoría de la CEOE. De esta manera, las organizaciones empresariales de fabricantes y cocnesionarios de automóviles se han alineado en el bando de las patronales más exigentes, conservadoras y liberales. Pero, ¿por qué las patronales del automóvil temen la nueva reforma laboral?
Se trata, mas bien, de una oposición preventiva puesto que, a corto plazo, los empresarios de la automoción no tienen porqué perder prerrogativas con el nuevo marco laboral. Hay otras patronales que sí tienen su negocio más en peligro si es que han abusado de las rendijas que dejó la reforma laboral de Mariano Rajoy, que puso patas arriba la negociación colectiva.
Taponar la flexibilidad a ultranza
Uno de los objetivos principales de la nueva reforma es taponar la escapatoria de la flexibilidad a ultranza que suponían las compañías de servicios integrales, unas nuevas ETT desreguladas que crecieron gracias al poder absoluto para los convenios de empresa, que en este caso se pervirtieron, tal como recogieron varias sentencias en las que se pilló a empresarios piratas que se montaban un pseudo-convenio con sueldo incluso por debajo del salario mínimo interprofesional.
La hostelería, con las famosas y guererras kellys, pusieron cara a esa nueva precariedad en auge. Sin embargo, la industria de automoción no se ha caracterizado por incurrir en esos abusos, sino por todo lo contrario. El llamado 'milagro español' del automóvil, por el que nuestro país es el segundo productor europeo de vehículos solo por detrás de Alemania pese a que el capital de las grandes fábricas es extranjero, se cimentó en la extraordinaria capacidad de concertación social en los momentos más duros y decisivos. Fruto de esos acuerdos, España ha podido mantener o aumentar su competitividad, con una flexibilidad interna envidiable y la moderación de los costes laborales.
Concertación en la automoción
Esas medidas se han negociado siempre en el seno de las empresas con sus propios convenios, puesto que no existe un convenio específico del sector de automoción, sino el metalúrgico, más genérico. No es previsible que los sindicatos aprovechen el nuevo marco para romper la concertación social en las empresas de automoción con una escalada de salarios por la puerta de atrás. El convenio del metal está pensado para dar un paraguas básico para las pymes que no disponen de su propio acuerdo.
Las patronales rebeldes, donde también se incluyen las poderosas organizaciones de Cataluña y Madrid, han desbordado al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y a la arífice de la reforma laboral de 2012 modificada ahora, la exministra de Trabajo Fátima Báñez, que es presidenta de la Fundación CEOE. Reconducir esta oposición será una de las primeras tareas que tendrá Wayne Griffiths cuando asuma la presidencia de Anfac en enero de 2022.
La automoción tiene que mantener el 'milagro español' también en el nuevo marco laboral. Tanto las grandes empresas como los sindicatos han demostrado de sobras su voluntad que la industria mantenga su competitividad, algo imprescindible en la actual coyuntura y con la transición ecológica en marcha.