Parecía que, camino de cumplirse el quinquenio del ‘golpe de estado’ en Nissan para desalojar del puesto de presidente (del Consejo de Administración) a Carlos Ghosn, las cosas se habían tranquilizado en la cúpula directiva de Nissan. Incluso parecía que se había alcanzado un acuerdo con Renault para hacer que la ‘alianza’ de las dos marcas volviera a funcionar. Un acuerdo que, desde fuera, tenía mucho de derrota de la marca francesa y victoria de la japonesa. Pero parecía que era algo que los directivos de Renault e incluso el Elíseo estaban dispuestos a pagar a cambio de la paz.
Pero no era así. La prueba es que sorprendentemente se anunció que Ashwani Gupta, el COO (Chief Operating Officer), número 2 de la compañía, no vería su contrato renovado y que, por tanto, dejaría su puesto el día 27 de junio, “para seguir nuevos proyectos personales”.
Cámaras espía en casa de Gupta
Posteriormente, y antes de que abandonase su puesto, se ha sabido que una investigación interna había descubierto que Gupta era objeto de espionaje y vigilancia por parte de Makoto Uchida, el presidente (CEO, Chief Executive Officer), que había hecho que se instalaran cámaras en su casa, en el céntrico barrio de Shibuya, en Tokio.
En principio, según las leyes japonesas, es legal investigar a un empleado para proteger la empresa, pero en este caso, el motivo alegado habría sido una acusación de abuso sexual puesta por una empleada contra Gupta.
Lo más curioso de todo esto es la nueva aparición en escena de Hari Nada, uno de los más importantes asesores de Nissan y a quien se considera como el organizador de la detención de Carlos Ghosn por una supuesta ocultación de beneficios al Fisco japonés. Nada pactó su total inmunidad con la justicia nipona a cambio de declarar en el juicio contra Gregg Kelly, el secretario general de Nissan, que terminó con una pena menor. Es sorprendente que este ejecutivo nacido en Malasia pero de origen indio (como Gupta) se mantenga en la cúpula del fabricante japonés.
Riesgo de caída del CEO de Nissan
En estos momentos ha pedido que se realice una investigación más profunda, no contra Gupta sino contra Uchida para aclarar si actuó de forma correcta al investigar a su COO. Nada logró que en la última reunión del consejo de Nissan tanto Gupta, cuya salida de la compañía estaba anunciada, como Uchida, fueran recusados y no pudieran asistir a la misma. Podría ocurrir que Nissan perdiera de golpe a sus dos máximos dirigentes.
A Gupta se le consideraba un fiel a Carlos Ghosn, que le había encargado que hiciera renacer la marca Datsun con un producto ‘low cost’ para ser vendido en India y países económicamente poco potentes. Después le encargó desarrollar el acuerdo de los ‘pick up’ de Renault, Nissan y Mercedes. Finalmente, se pondría al frente de Mitsubishi tras su compra por parte de Nissan hasta dar el salto al puesto de COO de esta última.
Carlos Ghosn reaparece
El directivo indio no estaba demasiado de acuerdo con el último acuerdo de Renault y Nissan. Por el mismo, Renault, que tenía el 43,4% de Nissan tras haberla salvado de la quiebra, vendería un 28,4% para que de esta forma ambas marcas tuvieran un 15% de su aliada a través de las diferentes empresas en que se pudieran dividir (Ampere, Horse, etcétera). Esto irritaba, tanto a muchos directivos japoneses como a la nueva cúpula francesa, menos volcada en la ‘alianza’ de lo que lo estaba Carlos Ghosn y su equipo.
Por cierto que Carlos Ghosn, silencioso durante mucho tiempo, acaba de reaparecer en escena reclamando a Nissan 1.000 millones de dólares por impago de sus indemnizaciones por despido, atentado contra su honor, etcétera, etcétera, etcétera. Pero esa es otra historia.