Los trabajadores de Nissan han vuelto a salir a la calle venciendo el mal tiempo y los intentos de la multinacional de desinflar las protestas contra el cierre de la planta de Barcelona. Más de 1.000 personas han secundado una nueva acción contra el cese de actividad que ha consistido en una marcha nocturna por el centro de Barcelona que ha acabado con la quema de unos ataúdes simbólicos con los liquidadores de la fábrica y de sus 3.000 empleos directos y 25.000 puestos contando a los proveedores.
"Son para hacerles el entierro a ellos, y no a nosotros como nos lo han querido hacer", indicaban los dirigentes del comité de empresa en relación con los féretros con muñecos de los principales directivos de Nissan que estaban ardiendo en esos momentos. Los tres ataúdes iban dedicados a Frank Torres, exdirector general de Nissan Motor Ibérica y encargado por la multinacional para dirigir el proceso de cierre en Cataluña; el presidente de Nissan, Makoto Uchida; y el presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos.
Nuevas protestas
Los empleados de Nissan y de empresas proveedoras amenazadas han desafiado las palabras del presidente de la firma en Europa, Gianluca de Ficchy, que un día antes había reiterado que no había alternativa viable para la planta catalana y que la compañía no cambiaría su decisión a pesar de las protestas.
La respuesta de los manifestantes ha sido la misma que llevan gritando en todas las protestas llevadas a cabo hasta ahora, "Nissan no se cierra" y "si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra".
La manifestación nocturna ha acabado con un los féretros de cartón en llamas en un anticipo de lo que pueden ser las hogueras de Sant Joan donde se quema todo lo malo y con las que se desea un futuro mejor. Las movilizaciones de la plantilla de Nissan continuarán este jueves con otra acción que tiene como objetivos las direcciones de Nissan en Japón y de Renault en Francia.