El pulso de la protesta de la plantilla de Nissan contra el cierre anunciado por la multinacional sigue incrementándose. En la tercera movilización convocada desde que Nissan confirmara que deja Barcelona y Cataluña se ha concentrado el mayor número de manifestantes hasta ahora. Cientos de trabajadores de Nissan y de las empresas proveedoras también amenazadas junto a sus familiares se han concentrado este martes frente a un concesionario de Renault en Esplugues de Llobregat para exigir responsabilidades a la empresa francesa, que es el principal accionista de Nissan y que asumirá la producción de la joya de la planta de Barcelona.
Al igual que sucedió unos días antes con varios concesionarios de Nissan, las instalaciones de Renault en Esplugues, que estaban cerradas a cal y canto al conocer con antelación que el punto de venta era blanco de la protesta, han sufrido un empapelado integral y en pocos minutos de toda la fachada. Los empleados han enganchado pasquines y proclamas en cristales, puertas y paredes con cola y han bañado la fachada con un lanzamiento masivo de huevos y de pintura.
En esta ocasión, además de los principales directivos de Nissan, en las fotos enganchadas en el concesionario había también las de José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España y vicepresidente mundial de producción de Renault. "Estamos aquí porque Renault también tiene parte de culpa en nuestra situación", proclamó Javier Turrillo, de CGT, que ejerció de portavoz del comité.
Protesta de empresas proveedoras
Tuvo que rectificar porque desde los trabajadores que seguía la asamblea algunos gritaron: "Tiene toda la culpa". "No ha hecho nada para ayudar, sino todo lo contrario y no puede lavarse las manos en este asunto", remató Turrillo en relación con el papel de De los Mozos, que hace un año encabezó la negocaición de un recorte de 600 empleados.
La acción de este martes ha sido también la más familiar de todas las protestas hasta ahora. La hija de un trabajador lanzó las proclamas que se han convertido en el símbolo de las movilizaciones: "Nissan no se cierra, futuro para Nissan ya". Los empleados aclamaron a la niña que tuvo el papel de simbolizar el impacto del cierre en 25.000 familias entre empleados directos e inducidos de proveedores.
Los trabajadores de muchos de esos proveedores, que en algunos casos tienen una elevada dependencia de Nissan, se han unido ya a sus colegas de las fábricas de la firma japonesa en Barcelona, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca en la defensa de sus puestos de trabajo. Entre los que había este martes en las calles de Esplugues abundaban los de Acciona, Calsonis, Gestamp y Magneti Marelli. La onda expansiva puede afectar a un total de 500 empresas de Cataluña, cuyos trabajadores piden el mismo trato que los empleados de Nissan.
A diferencia de otras manifestaciones de la plantilla de Nissan en las que hubo enfretamientos con los Mossos d'Esquadra que frenaron cortes de carreteras, en esta ocasión la protesta ha contado con una colaboración total de la policía autonómica, que habia cortado el tráfico en la autopista B-23 en previsión del corte que iban a llevar a cabo los trabajadores.
Resistencia de las administraciones
"¿Dónde están los coches?", se preguntaban los manifestantes cuando pisaronel asfalto de la autopista sin rastro de los vehículos. "La seguridad es lo más importante", gritaba un agente de los Mossos que seguía los pasos de los manifestantes. Finalmente, la multitudinaria marcha de protesta de Nissan se dirigió por la autopista desierta hasta la siguiente salida en dirección a Barcelona.
El siguiente capítulo en el calendario de movilizaciones diseñado por el comité de empresa tendrá lugar este jueves con una marcha lenta de vehículos desde las fábricas de Nissan y con el apoyo de los taxistas.
De forma paralela, las administraciones siguen organizando una resistencia administrativa e institucional al cierre de la multinacional japonesa. Esta tarde ha tenido lugar la primera reunión de un frente común de Gobierno central, Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, patronales y sindicatos para intentar que la compañía reconsidere su decisión de dejar la producción en Cataluña.