Los planes de electrificación de Renault se van conociendo gracias a la prensa francesa. Las últimas noticias aseguran que Renault y su socio chino AESC crearán 2.000 empleos en una nueva planta de baterías que suministrará al nuevo 'hub' de producción de vehículos eléctricos en el norte de Francia.
El grupo chino Automotive Energy Supply Corporation (AESC) será el socio de Renault para la futura planta de baterías eléctricas en el norte de Francia. La factoría estará ubicada en la ciudad de Douai, cerca de la frontera con Bélgica, y formará parte del complejo dedicado al vehículo eléctrico que va a reunir Renault en la región Hauts de France, indicó este lunes Le Monde, sobre la base de unas revelaciones iniciales de Le Figaro.
El grupo automovilístico, que no quiso confirmar esos elementos, ha ido desgranando en los últimos meses varios elementos de su estrategia para conformar ese complejo dedicado al coche eléctrico, que debería concretarse próximamente. Hace una semanas, Luca de Meo, consejero delegado de Renault, aseguró que ya contaban con un socio especializado en la producción de baterías que se anunciaría más adelante.
Producción de una furgoneta de Barcelona
Según Le Figaro, esa nueva planta de baterías para Renault supondrá la creación de 2.000 empleos, lo que puede aliviar la situación en la que se encuentra la fábrica de la compañía en Douai, que funciona a un ritmo muy bajo para ensamblar los modelos Talisman, Espace y Scenic por la poca demanda existente en los mercados.
Muy cerca de allí, en Maubeuge, Renault fabrica la versión eléctrica de su furgoneta Kangoo y a partir de 2022 asumirá la producción del modelo Nissan e-NV200 que se deja de ensamblar en la factoría de Barcelona, que cerrará en diciembre de este año.
En ese complejo del norte de Francia se fabricarán las versiones eléctricas del Mégane y el futuro retorno de su mítico modelo R5, que solo será eléctrico.
Otra planta de Stellantis
En esa misma región Hauts de France está en marcha otro gran proyecto de fabricación de baterías lanzado conjuntamente por el grupo energético Total (a través de su filial Saft) y el gigante automovilístico Stellantis.
Estos dos socios han constituido, en el marco de una iniciativa impulsada por los gobiernos francés y alemán, la Automotive Cells Company (ACC) destinada a construir una factoría en las actuales instalaciones de Stellantis en Douvrin, que por ahora se dedican a la producción de motores de explosión.
