El proyecto público-privado de planta de baterías anunciado por el Gobierno y Seat cuenta con varias multinacionales españolas como aliados pero no tiene, por ahora, a ningún fabricante de baterías. Esa carencia puede representar un hándicap, según la patronal catalana Pimec, que ha planteado la búqueda de un socio tecnológico asiático se sume a la iniciativa para garantizar su viabilidad.
En el consorcio del proyecto de planta de baterías, de creación del ecosistema de electromovilidad y de fabricación de vehículos sin emisiones se encuentra el Gobierno central, el Grupo Volkswagen y Seat, Iberdrola, Telefónica, CaixaBank, Gestamp, Antolín y el centro tecnológico Asti. Pimec considera que esta alianza "podría necesitar más refuerzo", ya que "no queda claro" cuál de estas grandes empresas dispone de tecnología avanzada en movilidad sostenible.
Recuerda que esta tecnología se encuentra principalmente en Asia, por lo que "seguramente convendría" contar también con un socio tecnológico de China, Corea del Sur o Japón "para garantizar la viabilidad del proyecto".
Participación de pymes
La patronal Pimec espera que este proyecto cuente con empresas proveedoras catalanas, sobre todo pymes, teniendo en cuenta que, además de baterías, el vehículo eléctrico dispone de otros componentes como motores eléctricos o cargadores. "El sector de los equipos eléctricos es especialmente dinámico en Cataluña, con empresas líderes a nivel mundial como Circutor, Salicrú o Premo, entre otras", indica el presidente de Pimec, Antoni Cañete.
La patronal defiende que las Administraciones públicas establezcan incentivos para la transición de esta pymes hacia el vehículo eléctrico y propone crear una mesa de trabajo con carácter inmediato para asegurar la viabilidad y transversalidad del proyecto. Esta mesa tendría que estar presidida por el futuro consejero de Empresa de la Generalitat y tendría que convertirse en elemento clave de una nueva política industrial en Cataluña, subraya Pimec.
Ubicación de la planta
Sin embargo, la Generalitat no ha intervenido en la gestación del proyecto ni tampoco acudió al acto institucional en el que se anunció argumentando que no quería participar en "un besamanos" con el Rey. La patronal Pimec se limita a lamentar "la utilización política y los reproches derivados de este importante anuncio", sin mencionar el plante de la Generalitat en pleno a Seat. En cambio, la patronal Foment del Treball, de la que forma parte Seat, tachó de "injustificable" el boicot del presidente en funciones, Pere Aragonès, que califica de "gesticulación sectaria".
El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, también ha cargado contra la Generalitat al tachar su ausencia de "lamentable" y de "gilipolleces" los argumentos para intentar justificar el plante y las supuestas buenas relaciones con la dirección de Seat. "Hay bastante cabreo generalizado entre los trabajadores. Y el presidente de Seat está muy enfadado", ha manifestado Carnero a la Cadena SER.
La ministra de Industria, Reyes Maroto, aclaró hace unos días que la ubiación de la planta de baterías está todavía por decidir, aunque el emplazamiento podría ser dentro de España y no necesariamente en Martorell o las naves que dejará Nissan en Barcelona.