Decía una conocida aseguradora en el eslogan de un viejo anuncio que lo arreglaba todo. Evidentemente, era algo utópico, idealizado, hasta el punto de que la frase la decía una encantadora niña. El PERTE del coche eléctrico me recuerda, salvando las distancias, a ese eslogan. Había la esperanza de que los 3.000 millones en ayudas públicas del proyecto estratégico de recuperación y transformación económica para impulsar el ecosistema eléctrico arreglara los problemas de fondo que arrastra el arranque de la movilidad eléctrica en España. Pero el sector del automóvil se ha unido para desmentir a aquella niña: el PERTE no lo arreglará todo. Es más, será insuficiente.
De momento, este año vamos a vivir de la expectativa de la adjudicación del proyecto industrial del PERTE, que se demorará hasta octubre. Durante todos esos meses, los medios de comunicación iremos publicando un sinfín de noticias de los proyectos que se han presentado, de los exigentes trámites que tienen que superar y de la decisión final del Ministerio de Industria en su apuesta por el grupo ganador del mayor esfuerzo público en un sector industrial. Una vez adjudicado el concurso, llegarán los trámites para la puesta en marcha de los proyectos y el envío del primer paquete de fondos. Entre unas cosas y otras, el prometido dinero de los fondos europeos Next Generation EU no llegará, probablemente, a las empresas hasta 2023.
¿Cuántos proyectos se presentarán?
Es mucho tiempo, pero hay expectativa para recibir el espaldarazo que supone ese importante apoyo público extraordinario, especialmente por parte del grupo Seat y Volkswagen. "Necesitamos el apoyo cuanto antes de las instituciones", aseguró Wayne Griffiths, presidente de Seat y, a la sazón, presidente también de la Asociación de Fabricantes (Anfac).
Habrá que ver cuántos proyectos se presentan al concurso del PERTE, al margen de la alianza de una treintena de empresas encabezada por Seat y Volkswagen, que cuenta con esos fondos para tener su planta de baterias en España y para empezar a producir sus primeros coches eléctricos a partir de 2025. Otros grupos automovilísticos, que en algunos casos ya producen vehículos eléctricos en España, han mostrado sus recelos en relación con el PERTE, su convocatoria y su destino.
El PERTE ayuda, pero no es la panacea
Pero Anfac y otras organizaciones del sector de automociñon ya han advertido, el mismo día de la esperada publicación de la convocatoria de las ayudas, que el PERTE será insuficiente puesto que no llegará a toda la cadena de valor y no podrá solventar los déficits que sufre España en el impulso de la movilidiad y de la industria de la electrificación.
Contar con una planta de baterías ayudará, por supuesto, porque facilitará que haya fábricas que se puedan proveer para producir coches eléctricos. Pero la planta, por sí sola, no hará que se vendan más coches eléctricos o que se multipliquen los puntos de carga o que los usuarios dispongan de información práctica y real sobre los enchufes disponibles como sucede con las gasolineras.