Nissan ha sorprendido al mercado con unas previsiones de pérdidas netas récord que podrían alcanzar entre 700.000 y 750.000 millones de yenes (entre 4.320 y 4.620 millones de euros) en su ejercicio fiscal 2024-2025, lo que supone multiplicar por nueve las estimaciones que presentó en febrero. Este duro ajuste coincide con el reciente nombramiento de Iván Espinosa como nuevo presidente y consejero delegado, quien asumió el cargo el pasado 1 de abril.
En un comunicado emitido tras el cierre del mercado bursátil en Tokio, Nissan atribuyó esta previsión al elevado coste de su plan de reestructuración global y al deterioro del valor contable de activos productivos en varias regiones, incluidas Norteamérica, Latinoamérica, Europa y Japón. La compañía ha llevado a cabo una revisión profunda de su estructura industrial que ha resultado en deterioros superiores a los 500.000 millones de yenes (3.080 millones de euros) y unos costes de reestructuración estimados en más de 60.000 millones de yenes (370 millones de euros).
Menos vehículos vendidos
Además, Nissan ha recortado su previsión de beneficio operativo en un 29,2 %, hasta los 85.000 millones de yenes (524 millones de euros), y estima que sus ventas para el ejercicio se situarán en 3,35 millones de vehículos, por debajo de lo previsto inicialmente. La única nota positiva la aporta una leve mejora del 0,8 % en la estimación de facturación, hasta los 12,6 billones de yenes (77.690 millones de euros).
"A pesar de estos desafíos, contamos con importantes recursos financieros, una sólida cartera de productos y la determinación de transformar a Nissan en el próximo período", ha señalado Iván Espinosa, unos días después de asumir el liderazgo de la firma. El nuevo CEO ha querido transmitir un mensaje de prudencia y control, asegurando que la empresa mantiene una "sólida posición de caja", con una liquidez total estimada en 3,4 billones de yenes (unos 20.970 millones de euros), sumando efectivo, equivalentes y recursos de financiación vinculados a ventas.
Nissan presentará oficialmente sus resultados anuales el próximo 13 de mayo, una cita clave para medir la confianza del mercado en el nuevo rumbo que pretende marcar Espinosa en una de las etapas más complejas de la firma automovilística nipona tras el fracaso del intento de fusión o venta de Nissan a Honda. Además, coincide con el proceso de marcha atrás en la alianza con Renault y con un plan de nuevos lanzamientos de modelos con los que Nissan pretende recuperar terreno en los mercados.