Después de un parón de cuatro meses, la dirección de Nissan y el comité de empresa de la planta de Barcelona han reanudado los contactos para intentar desencallar el convenio colectivo. En el encuentro mantenido este miércoles, los sindicatos han vuelto a reclamar a la multinacional que ponga sobre la mesa un plan industrial que permita aumentar la producción y mantener el empleo mientras que la empresa sigue deshojando la margarita sobre el futuro de la fábrica.
El encuentro del deshielo ha sido breve, alrededor de una hora en la cual se han resituado nuevamente las posiciones de las partes implicadas y que llevaron a la ruptura de la negociación en julio pasado. Por un lado, existía una diferencia en la subida del sueldo, que la empresa situaba en un 1,1% con consolidación parcial y la mayoría sindical en un 1,5% con revisión en función de la inflación.
La producción, al 40% de la capacidad
Pero el nuevo intento de negociación choca con obstáculos más importantes que se han ido agravando en los últimos meses. La caída de la producción se ha profundizado y llega ya a unas 80.000 unidades al año, un 40% de la capacidad de la factoría, por la pérdida del modelo Pulsar y las ventas por debajo de lo previsto del resto de modelos. Aunque han empezado a dejar la empresa un grupo de 103 prejubilados y empleados con bajas incentivadas, la espada de Damocles sigue en pie.
Ante esa situación, los sindicatos han reclamado a Nissan que dé respuesta a la prioridad de la plantilla, que consiste en lograr una garantía de futuro industrial. Los responsables de recursos humanos de Nissan han emplazado a los representantes sindicales a una nueva reunión con el director general de Nissan Motor Ibérica, Genís Alonso, para abordar el futuro de la factoría.
Los sindicatos han pedido información sobre los planes de la multinacional en relación con la fábrica de Barcelona después de las declaraciones que hizo José Vicente de los Mozos, máximo responsable de producción de la alianza Nissan Renault Mitsubishi, a la web Coche Global sobre la necesidad de buscar una solución a la "delicada y compleja situación" de la planta de la Zona Franca.
