La dirección de Nissan ha echado el freno en sus planes para la fábrica de Barcelona. El descenso de la producción en relación con las previsiones ha llevado a la multinacional japonesa a replantearse sus planes para la creación de un tercer turno nocturno en la planta de la Zona Franca. Las últimas previsiones apuntan a una fabricación de 88.802 vehículos en el año fiscal entre abril de 2018 a marzo de 2019, lo que supone casi 8.000 menos en comparación con las 95.740 unidades que estaban planificadas inicialmente. Con este recorte de la producción, el tercer turno nocturno en una de las dos líneas de montaje no sale a cuenta, según ha comunicado la compañía a los sindicatos.
Memos producción
El descenso del volumen de fabricación en la factoría de Nissan de Barcelona se debe a varios factores. Por un lado, la empresa dejará de fabricar a partir de julio el turismo Pulsar, que ha matado en un tiempo récord de tres años, así como la versión para pasajeros (Evalia) de la furgoneta NV200. A todo ello se ha unido una cifra de pedidos de 5.000 unidades por debajo de lo previsto de la 'pick up' Navara, según fuentes sindicales. El incremento de la producción de la versión para Mercedes de la 'pick up' de Nissan así como la estabilización del vehículo para Renault no han sido suficientes para evitar la caída global.
En ese contexto, la dirección de Nissan es partidaria de elevar el ritmo de producción de la línea que ensambla la 'pick up' hasta alcanzar la saturación y de convocar varios sábados para absorber toda la producción prevista recurriendo al mecanismo de flexibilidad de jornada. En cambio, la línea de montaje de la furgoneta NV200 y del Pulsar está ligeramente por encima de las previsiones gracias a un incremento del volumen de la versión eléctrica eNV200.
Futuro en el aire
El replanteamiento de la puesta en marcha del tercer turno en la línea de la 'pick up' ha sido recibido como un jarro de agua fría por los sindicatos, que confiaban en él para evitar un excedente de plantilla en los próximos meses. Además, siguen reclamando la asignación de un nuevo modelo a la planta de Barcelona para clarificar el futuro de la plantilla, una reivindicación que por ahora no ha sido atendida por la multinacional. De momento, la empresa se plantea asumir algunas tareas que habían sido externalizadas con el fin de aumentar la carga de trabajo.