La venta del negocio de baterías de Nissan ha vuelto a tropezar. La compañía ha anunciado la cancelación del acuerdo para vender el área de baterías por 1.000 millones de dólares que se tenía que materializar a final de junio con el fondo de inversión de China GSR. El motivo alegado ha sido la falta de fondos por parte del comprador para hacer frente a los 1.000 millones acordados. Anteriormente, la ejecución del acuerdo se suspendió en dos ocasiones por problemas con el cumplimiento de algunas de las cláusulas incluidas en el contrato suscrito. La venta tenía que incluir los activos de la filial de Nissan Automotive Energy Supply de producción y tratamiento de baterías en Japón, Estados Unidos y Reino Unido.
La venta del negocio de baterías de Nissan pretende reducir costes
El objetivo de la venta cuando fue anunciada era conseguir para Nissan más flexibilidad y una reducción de los costes al comprar las baterías a diferentes proveedores en lugar de fabricarlas internamente aprovechando la mayor competencia en el mercado con la aparición de nuevos productores para abastecer la creciente necesidad de las fábricas de coches eléctricos. El nuevo modelo que quiere poner en marcha Nissan con el aprovisionamiento externo de las baterías contrasta con el de Tesla, que tiene una gran factoría en Estados Unidos y ha proyectado la construcción de otros centros similares en China y otros países.
