La huelga indefinida en la fábrica de Nissan de Barcelona sigue adelante. El comité de empresa ha anunciado que mantiene la convocatoria de paro a partir del lunes 4 de mayo por la falta de garantías para el empleo y la planta.
En la reunión de mediación que lleva a cabo la inspección de Trabajo antes de cualquier huelga, no hubo acercamiento de posturas a pesar de que la dirección de Nissan Motor Ibérica encabezada por Genís Alonso hizo algún guiño con el que pretendía desactivar el paro. Los sindicatos exigieron a Nissan una garantía de que mantendrá los 3.000 empleos actuales en las plantas de Barcelona y Montcada durante 12 meses como condición para desconvocar la huelga.
La multinacional dio una respuesta ambigua que, a juicio de los sindicatos, no permitía salvaguardar los puestos de trabajo en peligro. La empresa se comprometió a mantener la producción de los dos modelos actuales, la furgoneta eléctrica e-NV200 y la 'pick up' Navara, hasta el final del año fiscal en curso, es decir, marzo de 2020, aunque sin garantías en cuanto a los volúmenes de fabricación ni de plantilla.
Fracaso de la mediación
"Ante esta propuesta, el comité ha reiterado la importancia del mantenimiento de nivel de ocupación y que por tanto no puede desconvocar la huelga sin los compromisos de mínimos que se solicitan", ha indicado UGT en un comunicado. Para el sindicato, "esta mediación solo ha servido para ratificar la grave situación en la que se encuentra Nissan en Barcelona, sin que ni siquiera se pueda asegurar el nivel de empleo por unos meses".
El inicio de la huelga pondrá en peligro la producción de las unidades pendientes de entregar a Mercedes del modelo de 'pick up' Clase X antes de finalizar el contrato este mes de mayo. La empresa comunicó a los sindicatos que, una vez finalizado ese pedido pendiente, los trabajadores volverán a sus casas por falta de previsiones de producción tanto en la línea de la 'pick up' como en la del modeo e-NV200, que ni siguiera está previsto que arranque tras el parón del coronavirus.
Estas previsiones junto a la coincidencia con el plazo previsto por el consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, para anunciar el plan de reestructuración de cierres y recortes en fábricas con 12.500 despidos ha encendido todas las alarmas en relación con la planta de Barcelona, que tiene su producción en mínimos históricos por la desaparición o el pinchazo comercial de sus modelos.