La negociación del convenio colectivo de la factoría de fundición y componentes de Nissan de Cantabria ha entrado en vía muerta. Uno de los motivos de esta aparente ruptura es que la empresa ofrece una subida salarial de solo un 0,5% para 2018. Esa oferta de la compañía garantiza según Nissan que la planta pueda seguir siendo competitiva. Ante la petición de los sindicatos de un incremento más alto de las nóminas, la dirección de Nissan pidió al comité que "sus expectativas sean realistas y se ajusten a la situación de la planta, que debe continuar enfocada a la calidad y en seguir mejorando su posición dentro de la alianza". Asimismo, ha instado al comité a que reconsidere su postura para continuar negociando con el fin de cerrar un acuerdo "lo antes posible".
Negociación similar en todos los centros de Nissan en España
El planteamiento de Nissan en la negociación del convenio colectivo para los 600 empleados de Cantabria es muy similar al que está aplicando en las factorías de Barcelona y Montcada, en las que ofrece una subida del 0,6% y un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas, y en Sant Andreu de la Barca. En todos los centros plantea prorrogar el convenio anterior por un año, hasta marzo de 2019, cuando finaliza el año fiscal según la contabilidad japonesa. Sin embargo, Barcelona y el resto de plantas dependen de la posible adjudicación de un nuevo modelo para superar la delicada situación actual de bajón de producción por la finalización del modelo Pulsar. La factoría de Cantabria está más diversificada ya que produce componentes (47.000 toneladas en 2017) para los modelos Renault Kadjar, que se produce en Palencia, el Nissan Juke y el Qashqai, ambos en producción en el Reino Unido, y el Micra, en la factoría de Renault en Flins.