La tecnología AdBlue, basada en un filtro de urea para neutralizar emisiones contaminantes del diésel, tenía más potencial del que se ha utilizado en los últimos años, según la Comisión Europea, que ha decidido imponer sanciones por 875 millones a Volkswagen y BMW por pactar el freno al desarrollo de este sistema. Así lo ha anunciado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Bruselas atribuye a los dos grupos automovilísticos así como a Mercedes, que se libra de la multa por colaborar en la investigación, actuar de manera coordinada con el fin de frenar el desarrollo de la tecnología AdBlue para reducir las emisiones contaminantes de los motores diésel.
El grupo alemán Daimler, fabricante de Mercedes, se ha librado de un sanción de 727 millones por haber explicado los detalles de esa alianza en contra de las normas de la libre competencia.
Pacto para no competir
Las marcas Volkswagen, Audi y Porsche y BMW también han visto reducida la multa por haber reconocido los hechos. De este modo, el grupo Volkswagen tendrá que pagar algo más de 502 millones de euros tras conseguir una reducción del 55%, mientras que BMW asumirá el pago de casi 372 millones de euros, tras aplicársele un 10% de reducción por aceptar el pago.
Los cinco fabricantes se reunieron periódicamente durante cinco años, entre 2009 y 2014, para pactar cuestiones como el tamaño y la gama de los sistemas de AdBlue y también sobre el consumo medio estimado de esta tecnología instalada en los coches.
Además, intercambiaron información comercial sensible sobre la misma tecnología y sembraron con ello la incertidumbre sobre su comportamiento futuro en el mercado de cara a mejorar el rendimiento del sistema por encima de los parámetros mínimos fijados por las normas de la UE.
"Volkswagen, Audi, Porsche, Daimler y BMW tenían la tecnología necesaria para reducir las emisiones nocivas más allá de lo exigido legalmente por las normas sobre emisiones de la UE, pero evitaron hacerse competencia al no hacer uso de todo su potencial", ha explicado Margrethe Vestager.
Reducción de las multas
Preguntada por la razón por la que la multa no es excesivamente grande en comparación a otros carteles, Vestager ha defendido que es la primera vez en que Bruselas actúa contra un acuerdo ilegal cuyo objetivo es "restringir el uso de una tecnología".
Las compañías "deben competir" para beneficiar a los consumidores y "acordar no hacerlo es simplemente ilegal", ha continuado la vicepresidenta, para recalcar que este caso abre una nueva vía y el Ejecutivo comunitario "no dudará" en actuar si detecta nuevas prácticas ilegales en el desarrollo de tecnologías innovadoras.