Pocas veces una votación en el seno de una empresa ha despertado tanto expectación como la del referéndum del nuevo convenio colectivo de la fábrica de Mercedes de Vitoria. Todas las miradas están puestas en la votación de los 5.000 trabajadores de Mercedes Vitoria que tiene lugar durante el lunes 18 de julio en las urnas depositadas en un total de 22 mesas.
La plantilla llega a la votación con la expectativa de conseguir la producción de un modelo nuevo de furgoneta eléctrica con unas inversiones de 1.200 millones que metería de lleno a la factoría en la nueva electromovildiad, de la que fue una de las plantas pioneras con la fabricación de las versiones eléctricas de los modelos de combustión adaptados de Vito y Clase V.
Pero el referéndum tiene lugar en un clima de profunda fractura sindical entre el bloque de la mayoría que ha firmado el preacuerdo (UGT, CCOO, Ekintza y PIM) y las fuerzas contrarias al mismo y convocantes de huelgas hasta en la jornada de reflexión (ELA, LAB y ESK). Las huelgas de los sindicatos minoritarios, que exigen la garantía del IPC, han conseguido parar la producción en las últimas jornadas a pesar del llamamiento en contra de los sindicatos favorables al convenio, lo que añade más incertidumbre al resultado de la consulta a la plantilla.
Mercedes presiona a la plantilla
Por si eso fuera poca presión para los empleados que votan, el director general de Mercedes-Benz Vitoria, Emilio Titos, ha advertido que la fábrica, "desde un presente fuerte, se juega su futuro". En declaraciones a EiTB, Titos ha expresado su "confianza plena en la plantilla", como respaldan los resultados de las encuestas internas que realiza la empresa. "Son ellos los que hablan, y ellos hablan de compromiso para con la empresa, y yo cuento con eso", ha explicado.
Según ha afirmado, un rechazo al convenio no sería entendido por la multinacional alemana porque "es otra cultura". "Es una cultura de que, una vez que se ha firmado un acuerdo, es un acuerdo. No nos entienden", ha explicado. Además, ha advertido de que, se respalde o no el acuerdo, "no hay alternativa" porque "una vez cerrada y disuelta la mesa, no hay ningún margen de negociación".
UGT Euskadi ha asegurado que no firmarán ningún pacto de eficacia limitada en Mercedes Benz de Vitoria-Gasteiz en el caso de que el preacuerdo sea rechazado por los trabajadores en el referéndum. Así lo ha aprobado la sección sindical de UGT en Mercedes en la asamblea de afiliados. "Los compromisos mantenidos con nuestras bases son firmes y apelamos a la responsabilidad de la plantilla de trabajadores de la planta de Mercedes en Gasteiz para que el próximo lunes acudan a votar masivamente a favor del 'si al acuerdo' y garantizar la viabilidad de la planta de cara al proyecto VAN/EA (nueva plataforma eléctrica)", ha indicado UGT.
Críticas de la minoría sindical
Según ha advertido, "el futuro de la planta y de la ciudad de Vitoria se pueden ver comprometidos por la decisión de la plantilla de Mercedes y por la irresponsabilidad y demagogia de ciertos sindicatos que sólo buscan llegar a las elecciones sin tener alternativa para desbloquear el conflicto".
CCOO ha defendido la total "transparencia" del referéndum y ha indicado que permitir el voto telemático es una manera de facilitar que todo el mundo pueda votar porque, si no "se faltaría a la democracia". Asimismo, CCOO ha acusado a ELA, LAB y ESK de "mentir a su propia asamblea" sobre los motivos para mantener la huelga porque defienden que reclaman vincular las subidas salariales al IPC cuando "renunciaron" a esa vinculación en el marco de la negociación.
El presidente del comité de empresa, Igor Guevara (sindicato ELA), denunció, en una concentración en la última huelga, que no se haya atendido la petición que se ha realizado para convocar al comité a una reunión para decidir el formato del referéndum. A su juicio, en en una situación como la actual, "no dotar de transparencia es lo menos conveniente para la empresa y los trabajadores".
