La fábrica del proveedor del automóvil Mahle de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) se ha convertido en una nueva víctima de la crisis que sufre la automoción con la transición ecológica de fondo. La compañía alemana ha comunicado su intención de cerrar la fábrica y despedir a toda la plantilla, formada por 343 empleados, según ha explicado el sindicato CCOO.
El ERE anunciado por Mahle prevé el cierre de la fábrica de Vilanova a final de enero de 2022. La planta fabrica pistones para motores de combustión interna y sufre las consecuencias del recorte coyuntural de las ventas de vehículos así como de la transición hacia los vehículos eléctricos, que no necesitan este componente.
Recorte de plantilla global
La multinacional alemana anunció en 2020 un plan para recortar 7.600 empleos, de los que 2.000 afectados se encontraban en Alemania y 1.700 en otros países de Europa. En ese momento, Mahle justificó esos despidos por la necesidad de adatarse a una demanda de vehículos a la baja y por la transición hacia una movilidad sin emisiones y, por tanto, sin pistones y otros componentes que produce Mahle. Sin embargo, la compañía también fabrica algunos componentes destinados a los nuevos vehículos eléctricos, como aislamientos para baterías y sistemas de control de motores sin emisiones.
El grupo cuenta con una plantilla de más de 72.000 empleados y una facturación de 9.800 millones en 2020. Mahle también tiene factorías e instalaciones en Montblanc, L'Espluga de Francolí, Palencia, Motilla del Palancar, Paterna y Torrejón de Ardoz.
El sindicato CCOO ha mostrado su rechazo al ERE anunciado al considerar que se trata de una "decisión del todo desproporcionada", por lo que exige a la multinacional que dé marcha atrás en la medida y busque alternativas que permitan "garantizar la viabilidad de la empresa y del empleo, haciendo un ejercicio de responsabilidad hacia las 343 personas que trabajan en la factoría de Vilanova i la Geltrú".
Búsqueda de alternativas
CCOO ha instado a la Generalitat catalana y al Gobierno central a implicarse directamente en este proceso debido "al gran impacto que supone una decisión de esta envergadura para el tejido industrial de la comarca del Garraf, y que pongan las medidas necesarias para proteger el empleo".
El sindicato ha recordado la necesidad de llevar a cabo una "transición justa y equilibrada en el sector de automoción ante el proceso en el que está inmerso", que, a su juicio, no se puede hacer destruyendo ocupación con medidas traumáticas".