Luca de Meo, consejero delegado de Renault, asume en 2023 el reto de presidir la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) en un contexto convulso en el sector y dentro de la organización por las fugas de algunas marcas que abandonan la patronal.
De Meo sustituye en la presidencia de ACEA, en la que se integra Anfac, al consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, que ha ocupado el cargo durante los últimos dos años, en los que ha tenido que lidiar con problemas insólitos como la pandemia, las interrupciones en la cadena de suministro, la guerra en Ucrania y la crisis energética. "Todo ello ha tenido un profundo impacto en nuestro sector", indicó Zipse.
Abandonos de Stellantis y Volvo
De Meo tomará el relevo con el sector bajo presión todavía, aunque en progreso de mejora, por la falta de microchips y otros componentes y bajo los efectos de la inflación y de la crisis energética agravadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Pero el nuevo presidente de ACEA también tendrá que hacer frente a los abandonos de la patronal automovilística de las marcas de Stellantis y también de Volvo, anunciadas hace meses pero que se hacen efectivas en 2023.
Carslos Tavares, CEO de Stellantis y expresidente de ACEA, alertó que la utilidad como lobby europeo de la patronal ya no es vigente y anunció la puesta en marcha de un foro espefícico del grupo automovilístico centrado en la movilidad y con vocación integradora.
El directivo italiano al frente del grupo francés ha destacado, en vícperas de la toma de poder en ACEA, que Europa necesita implementar "con urgencia" políticas que respalden plenamente los objetivos de descarbonización fijados en la UE y que permitan a la industria automovilística del Viejo Continente "hacer frente a la creciente competencia global".
Problemas inminentes
"Damos el beneplácito al trabajo sobre una Ley Europea de Materias Primas, que debería respaldar la resiliencia económica del continente y el cambio a las cero emisiones. Nuestra industria está comprometida a invertir fuertemente en movilidad eléctrica y a asegurar la creación de valor y empleos en Europa", ha añadido.
En ese contexto, el directivo italiano también ha valorado que la propuesta actual de Euro 7 (que restringe las emisiones de los vehículos de combustión) "quitaría enormes recursos humanos y financieros de la electrificación, en el mismo momento en que otras regiones del mundo están creando un entorno de inversión atractivo para la movilidad de cero emisiones".