Stephan Winkelmann vuelve a casa. Desde luego Lamborghini no habría podido encontrar mejor perfil como presidente en sustitución de Stefano Domenicali, ex Ferrari que el próximo 1 de enero asume la presidencia de la Fórmula 1 y que en los últimos cuatro años ha estado al frente de la marca italiana de superdeportivos, que pertenece al Grupo Volkswagen desde 1998.
Winkelmann nació en Berlín pero creció y estudió en Roma. Trabajó inicialmente en Mercedes Benz pero luego reforzó su vínculo italiano en Fiat, donde estuvo una década antes de asumir la presidencia de Lamborghini el 1 de enero de 2005. En los años que estuvo al frente de la marca del toro despejó las dudas de su supervivencia y la convirtió en el líder mundial en la producción de superdeportivos.
Jefe de Bugatti y Lamborghini
Con pena dejó ese puesto para asumir en 2006 la presidencia de Quattro GmbH (que posteriormente se transformó en Audi Sport) pero sólo dos años después volvió al sur, esta vez a Francia, para presidir desde principios de 2018 Bugatti Automobiles (marca también propiedad del Grupo Volkswagen). Winkelmann seguirá siendo presidente de Bugatti y compatibilizará ambos cargos.
“Para mi es un honor y un placer dirigir estas dos empresas únicas con automóviles extraordinarios. No veo el momento de afrontar este nuevo reto”, declaró Winkelmann. “La creatividad de ambas empresas no se ha agotado, nos esperan muchas sorpresas", aseguró.
En los años que Winkelmann estuvo al frente de Lamborghini la compañía duplicó su cifra de ventas y triplicó su facturación, gracias al éxito de Lamborghini Aventador y Huracán. Además puso las bases para el lanzamiento del SUV Urus con el que Lambo ha conseguida cifras record históricas ya bajo la dirección de Domenicali.