José Muñoz, el ingeniero madrileño formado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, ha tenido que esperar seis años más de lo que parecía para lograr el lógico objetivo que debe tener un alto ejecutivo de cualquier sector, y más si es figura distinguida de uno tan competitivo como el del automóvil: ser presidente ejecutivo (CEO) de una marca. En su caso, de Hyundai Motor.
Y ha tenido que esperar porque en 2018, rumores internos en Nissan Motor Corporation, ninguno de ellos oficial, especulaban con su inminente nombramiento como CEO de la marca japonesa, reemplazando a Hiroshi Saikawa.
Un día decisivo para José Muñoz
Pero el día 18 de noviembre de aquel año, todo se truncó. Al aterrizar en el aeropuerto de Haneda, uno de los que tiene Tokio, Carlos Ghosn, el presidente de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, fue detenido por un supuesto comportamiento impropio y uso indebido de bienes de Nissan en razón de una serie de pruebas aportadas por sus propios colaboradores asiáticos más directos. Ghosn lograría evadirse de la cárcel japonesa de máxima seguridad en la que fue encerrado y hasta ahora no se ha celebrado un juicio en que se probara su culpabilidad. Todo el caso sigue pareciendo más un “golpe de estado” interno contra los más altos ejecutivos no japoneses que formaban el equipo directivo de Ghosn. De entre ellos, el único que consiguieron llevar ante los magistrados fue el Secretario General, Gregg Kelly, que prácticamente fue absuelto.
Nuestro hombre se ha convertido en el alto ejecutivo español que ha alcanzado mayor nivel dentro de una de las grandes empresas del sector con capacidad para tomar parte en las grandes decisiones de las mismas. Más de lo que hasta ahora habían logrado José Ignacio López de Arriortúa en General Motors y el Grupo VW; Francisco Javier García Sanz en el Grupo VW, o José Vicente de los Mozos en Renault.
José Muñoz era en aquellos momentos vicepresidente de Nissan, miembro del comité directivo y responsable de la Perfomance, título que supone controlar todas las operaciones de la compañía. Cuando ocurrieron los hechos del aeropuerto de Haneda, decidió no pasar por Yokohama, donde está la central de Nissan y dirigirse a una reunión en la sede de la Alianza en Ámsterdam. Seguramente, esto le libró de terminar como Gregg Kelly. Después de algunas negociaciones, a comienzos de 2019 decidió abandonar Nissan, lo que suponía comenzar de cero.
De España a México y EEUU
El Salón de Ginebra de aquel año fue de vital importancia para él. Sus logros en Nissan fueron valorados por los competidores de Nissan y pocas semanas después se anunciaba que Muñoz había sido contratado por Hyundai como número dos de la marca (Chief Operating Officer o COO) con el encargo de prestar especial atención al mercado norteamericano.
Este encargo encajaba especialmente en su experiencia puesto que después de que Nissan comenzara a tirar de él y fuera nombrado director general de Nissan en España, por la eficacia que demostró en este cargo, se le pidió que dejara el puesto para asumir la dirección de la marca en México, en donde la convirtió en el líder del mercado. Después le pidieron que se responsabilizarse del mercado de Estados Unidos en primer lugar, y del de las dos Américas en segundo, logrando resultados récord.
La ascensión de José Muñoz hacia la cúpula de Hyundai era un movimiento lógico después de que el año pasado, los accionistas de la compañía votaran que fuera nombrado miembro del consejo de dirección de la marca, un hecho sin precedentes para alguien que no es coreano. Era la preparación para que el próximo día 1 de enero, a sus 59 años, pase a ser el nuevo CEO, sucediendo a Jaehoon Chang, que pasará a ocupar el puesto especialmente creado para él de vicepresidente de la división de automoción del grupo Hyundai Motor.
Al ingeniero español se la valora el haber logrado sus objetivos de crecimiento de una forma rentable y con una visión de futuro. Su objetivo será seguir progresando en el desarrollo de sistemas de propulsión diversificados, de baterías y la tecnología del hidrógeno, todo esto dentro del proyecto de Hyundai que la marca coreana denomina Progreso para la Humanidad.