El año 2024 ha sido un periodo bajo tensión para los proveedores de componentes de automoción en Europa, marcado por una caída drástica de las inversiones en tecnologías de electrificación y un panorama financiero que deja al sector en una situación alarmante. Según datos de CLEPA, la asociación europea de proveedores de automoción, las inversiones en componentes para vehículos eléctricos se redujeron hasta los 5.640 millones de euros, el nivel más bajo desde 2019.
La inversión en electrificación de los proveedores alcanzó un récord en 2022 con 18.150 millones de euros para bajar en 2023 a unos 15.000 millones y sufrir un desplome en 2024. Esta caída coincide con una demanda más débil de lo esperado para este tipo de vehículos y un entorno económico desafiante.
Una tormenta perfecta para el sector
El sector enfrenta una "tormenta perfecta", como describe CLEPA en su informe. Los altos costes energéticos, el acceso limitado a materias primas y la presión regulatoria han acentuado los problemas financieros. En 2024, un 65% de los proveedores declaró márgenes de beneficio por debajo del 5%, un umbral crítico para sostener inversiones en nuevas tecnologías. Además, se anunciaron 54.000 despidos en la industria, superando las pérdidas de empleo combinadas durante los años de la pandemia.
Las conclusiones del último informa de CLEPA van en la misma dirección que los resultados del Barómetro Auto Mobility Trends de 2024, impulsado por Coche Global. Las empresas del sector indicaron que están parando o reduciendo inversiones y apuntan a la necesidad de la financiacion como principal preocupación en la coyuntura actual.
La producción de vehículos eléctricos en Europa no logró el crecimiento esperado. En 2024, la fabricación de vehículos eléctricos cayó ligeramente en comparación con 2023, representando solo el 20% del total producido en la región. Esta cifra está muy por debajo de las previsiones iniciales, lo que ha llevado a los analistas a revisar a la baja las expectativas de producción entre 2025 y 2030, con una reducción de hasta seis millones de unidades.
Proyectos cancelados y una región en desventaja
El debilitamiento de la demanda también ha provocado que al menos ocho proyectos de baterías eléctricas fueran cancelados o aplazados en Europa durante 2024. Mientras tanto, regiones como China y América del Norte han mantenido su ventaja competitiva gracias a menores costes energéticos y marcos regulatorios más favorables. Según Benjamin Krieger, secretario general de CLEPA, "Europa necesita desbloquear su potencial de innovación en movilidad con acceso a financiación, apoyo a la inversión y regulación tecnológicamente neutral".
"Nos hemos enfrentado a una competencia global cada vez más feroz, a volúmenes deprimidos y a una demanda general débil de vehículos eléctricos. Además, los costes de la energía se han disparado, el acceso a las materias primas sigue siendo crítico y las inversiones de la industria en nuevas tecnologías no han dado los rendimientos adecuados", advirtió Krieger.
Perspectivas para 2025
Aunque la situación es compleja, los expertos esperan una ligera recuperación en 2025. Se prevé que los vehículos eléctricos, incluidos los híbridos enchufables, representen hasta el 27% de la producción total de vehículos en Europa. Sin embargo, los proveedores demandan medidas concretas para asegurar la competitividad de la región, incluidas políticas comerciales equilibradas y estímulos que promuevan la transición energética sin comprometer la rentabilidad del sector.
El sector de los proveedores de automoción en Europa se encuentra en un punto de inflexión. Sin un compromiso renovado por parte de los responsables políticos para abordar los retos estructurales y fomentar un entorno favorable a la inversión, el liderazgo europeo en tecnologías automotrices podría estar en riesgo.