En los últimos días, han trascendido varios proyectos para tomar el relevo de Nissan en Barcelona con la producción de baterías. A juzgar por las informaciones, de repente varias multinacionales se han interesado por invertir miles de millones de euros y crear miles de empleos. Los proyectos más sólidos parece que son los de la coreana LG Chem y el de la francesa Schneider Electric. Sin embargo, la filtración de esos proyectos ha sembrado la alarma en el seno de la comisión de reindustrialización de Nissan. Las interferencias políticas pueden amenazar que se acaben concretando.
Los profesionales más experimentados en la captación de inversiones internacionales se llevan las manos a la cabeza y alertan de que el camino recorrido se puede torcer en cualquier momento. Se trata de información sensible que hay que poner en su contexto y manejar con sumo cuidado, cosa que parece que algunos ignoran premeditamente para satisfacer sus intereses particulares.
Duros competidores
Es cierto que LG Chem y Schneider estudian fabricar baterías en Barcelona, aunque también barajan abrir la misma planta en una decena de ubicaciones europeas. Estas y otras multinacionales evalúan los pros y contras de cada emplazamiento en función de múltiples factores que inciden en los costes iniciales y la facilidad de amortización. La cuantía de las ayudas públicas, limitadas por la UE, y la proximidad a los mercados clave son factores importantes en los que Barcelona está en inferioridad debido al escaso desarrollo del mercado de vehículos eléctricos.
Nissan también tenía sobre la mesa un plan de inversión para Barcelona con ayudas ofrecidas por las administraciones, pero finalmente lo descartó y optó por asumir unos elevados costes por el cierre de las tres fábricas de la provincia de Barcelona. Los proyectos de inversión tienen que recorrer un largo camino lleno de obstáculos y de competidores que van a hacer todo lo posible por llevarse ellos el gato al agua y que fracasen los rivales.
Empresas como LG Chem y Schneider que tienen proyectos de inversión son agasajadas por ciudades y países que invitan a sus directivos a conocer sus supuestas ventajas de ubicación, ya sea de forma presencial o por videoconferencia.
Secuelas del 'procés'
Curiosamente, las noticias sobre proyectos de inversión en Nissan Barcelona han aparecido coincidiendo con el relevo de la consejera de Empresa de la Generalitat Àngels Chacón por Ramon Tremosa. Chacón, sacrificada políticamente por Torra por abandonar el PdeCat y suscribir los postulados de Carles Puigdemont, se ha atribuido rápidamente los méritos de la reindustrialización y ha animado a rematar los "flecos" de los acuerdos con las multinacionales.
Son filtraciones demasiado optimistas motivadas por disputas ajenas a los intereses de los trabajadores afectados y que probablemente socavan la confianza de las multinacionales en sus interlocutores en Barcelona. En ese clima pueden aumentar las opciones de competidores que juegan con más discreción en el disputado tablero de las inversiones industriales en una coyuntura como la actual.