Las palabras más pronunciadas en la cumbre sobre el cambio climático organizada por las Naciones Unidas en Katowice (Polonia) son "transición justa". Todos los representantes de los gobiernos mundiales, empezando por Pedro Sánchez, defienden una transición justa hacia una economía con una reducción drástica de las emisiones de CO2. En la interpretación que hacen todas las partes de cómo tiene que ser esa transición, los sindicatos de la industria reclaman que se lleve a cabo un "ajuste de empleo creativo" para evitar una destrucción masiva de puestos de trabajo. El sector del automóvil es uno de los más expuestos al cambio de paradigma.
El presidente del Gobierno español llegó a Katowice con una difícil papeleta: encontrar el equilibrio entre la protección al medio ambiente y los empleos más vulnerables por la descarbonización de la economía. Esa dicotomía ha emergido incluso dentro del Ejecutivo, lo que ha llevado a retrasar la aprobación de la estrategia española de reducción de emisiones de CO2 para cumplir con el mandato europeo de la supresión en 2050.
Pedro Sánchez ha anunciado la adhesión de España a la Declaración de Silesia sobre una transición justa para paliar el impacto de la supresión del CO2 en una economía fundamentada durante décadas en el petróleo. "Soy plenamente consciente del impacto de estas medidas en territorios, sectores y colectivos expuestos a esta transformación," ha dicho Sánchez. "La respuesta, por ello, debe articularse desde la equidad para alcanzar una transición ecológica justa," ha dicho, anunciando que habrá un plan de acompañamiento nacional que aborde los aspectos sociales de la transformación energética, en particular en las cuencas mineras.
900 millones anuales
Aunque todavía no ha concretado las medidas, el presidente anunció la intención del Ejecutivo de movilizar 900 millones de euros anuales a partir de 2020 para impulsar el avance hacia el objetivo de descarbonización.
Los sindicatos de la industria mundial agrupados en IndustriALL han reclamado que la transición justa que defienden todos los gobiernos se plasme en medidas concretas encaminadas a aplicar un "ajuste de mano de obra creativo" ante el fracaso de los recortes habituales en situaciones similares. "Una transición justa en un contexto de transformaciones industriales potencialmente masivas exige un nuevo enfoque adaptado en especial a las necesidades y expectativas de las personas afectadas por los rápidos cambios económicos que se anticipan", indican los sindicatos de la industria.
La prioridad sindical será reconvertir los actuales puestos de trabajo con un enfoque ecológico y preservar los medios de subsistencia actuales. Pero los sindicatos son conscientes de que existe una amenaza directa sobre algunos empleos a los que propone aplicar medidas que incluyan la formación para los más jóvenes y jubilaciones anticipadas para los de más edad.
Plazos para la transición
Todas esas soluciones requerirán una "política pública coherente en favor del interés general" y una política industrial que proteja a los afectados. "No puede haber transición injusta hacia la protección del medio ambiente que deje de lado a innumerables millones de trabajadores. Ni tampoco podemos ignorar la imperiosa necesidad de abordar el cambio climático: no hay puestos de trabajo en un planeta desahuciado", indica IndustriALL en una declaración con motivo de la cumbre del cambio climático.
Sin embargo, los ecologistas presionan a Pedro Sánchez y al resto de gobernantes para acelerar la transición con compromisos tangibles. "La transición debe ser rápida y justa. No se trata solo de puestos de trabajo, sino también del bienestar futuro de las comunidades, parte del cual forman parte, por supuesto, los puestos de trabajo decentes, pero también la seguridad social y un medio ambiente limpio. Los mejores trabajos están en un planeta vivo”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace.
