La súbita dimisión de Carlos Tavares como CEO de Stellantis ha sacudido tanto al sector automovilístico como a las plantas del grupo en España. La noticia, anunciada este domingo, ha generado incertidumbre en torno al futuro de la producción y el empleo en las factorías nacionales con los proyectos de futuro. La marcha de Carlos Tavares, que deja Stellantis con una dirección interina, provocó una caída en bolsa cercana al 7%
En Vigo, una de las fábricas más rentables de Stellantis, la noticia fue recibida con sorpresa. Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, expresó preocupación sobre el futuro de la planta y pidió garantías para el mantenimiento de la actividad y los empleos en la región. Rueda destacó la importancia de que las ayudas públicas estén condicionadas a la continuidad de los proyectos en Galicia.
En Figueruelas (Zaragoza), el comité de empresa se mostró cauteloso, solicitando que los compromisos alcanzados bajo la gestión de Tavares sean respetados, incluyendo el proyecto de la gigafactoría de baterías que la multinacional planea instalar en colaboración con CATL. Este proyecto representa una inversión estimada de 4.000 millones de euros, clave para la estrategia de electrificación del grupo en Europa.
Reacciones de los trabajadores
Aser Sánz, delegado de UGT en Vigo, señaló que, aunque los ajustes de Tavares inicialmente fortalecieron a la empresa, las políticas de ahorro excesivo han sido perjudiciales para los trabajadores. Por ello, se espera que el nuevo liderazgo adopte estrategias más equilibradas. Rubén Alonso, representante de los trabajadores de Figueruelas, insistió en que los proyectos en marcha no deben estar en riesgo.
Uno de los temas más sensibles tras la salida de Tavares es el impacto en las negociaciones de la gigafactoría de baterías en Aragón. Jorge Azcón, presidente de la comunidad, minimizó los riesgos, afirmando que el proyecto sigue avanzando pese a las tensiones geopolíticas con China, socio clave en el proyecto a través de CATL.
El cese de Carlos Tavares dos años antes de la finalización de su contrato con Stellantis ha dejado a muchos descolocados. Sin embargo, las diferencias que llevaron al consejo de administración a anunciar públicamente que habían empezado a buscar un sustituto han estallado finalmente. De hecho, unos días antes Carlos Tavares se entrevistó con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Industria, Jordi Hereu, para abordar las inversiones pendientes de Stellantis en España, que incluyen también la definición del futuro de la factroría de Madrid.
Pedro Sánchez reitera su apoyo
De hecho, Pedro Sánchez se apresuró a reiterar al presidente de Stellantis y CEO interino, John Elkann, "el firme compromiso del Gobierno de España en el apoyo a las inversiones del grupo en nuestro país". El presidente del Gobierno ha "celebrado", en la red social X, que Elkann le haya "reiterado" también "la importancia de España como país clave en la estrategia industrial y de electrificación de la compañía".
El anuncio de la dimisión de Tavares, un año y medio antes de su prevista salida y con efecto inmediato, se realizó en medio de tensiones con el consejo de administración de Stellantis, con el trasfondo de los malos resultados financieros del grupo y de la complicada situación que vive parte de las empresas del sector.
La salida de Tavares también ha repercutido en los mercados. Las acciones de Stellantis cayeron casi un 7% tras conocerse la noticia, reflejando las preocupaciones de los inversores sobre el futuro de la empresa y sus planes estratégicos.