Honda acabó 2021 con una buena cosecha de ganancias a pesar de sufrir un descenso en sus ventas por el impacto de la falta de chips. El fabricante japonés obtuvo un beneficio neto atribuido de 582.100 millones de yenes (4.415 millones de euros al cambio actual) en los nueve primeros meses de su año fiscal que empieza en abril, un 31,07% más si se compara con el mismo período de 2020, según los datos publicados por la empresa.
La compañía apuntó que, a pesar de algunos factores desfavorables como la disminución de las ventas debido a la escasez de suministro de ciertas piezas, incluidos los semiconductores, y el aumento del coste de las materias primas, consiguieron aumentar su beneficio debido principalmente a la reducción de costes, el control de los incentivos y los cambios de divisa favorables.
Así, Honda registró una facturación de 10,677 billones de yenes (80.985 millones de euros) en los tres primeros trimestres fiscales, lo que representa una subida del 11,85% en comparación con la cifra de negocio de un año antes. Entre los meses de abril y diciembre del año pasado, la compañía contabilizó unas ganancias operativas de 671.600 millones de yenes (5.094 millones de euros), un crecimiento del 50,25% en la comparativa interanual.
Más rentabilidad en 2022
De cara al cierre del ejercicio fiscal, Honda prevé que el entorno comercial siga siendo difícil debido principalmente al resurgimiento de la Covid-19, la escasez de suministro de ciertas piezas, incluidos los semiconductores, y un nuevo aumento del coste de las materias primas. Por ello, reduce ligeramente sus expectativas de ventas.
Sin embargo, ha revisado al alza sus previsiones económicas. Al cierre del año fiscal, Honda espera unas ganancias netas atribuidas de 670.000 millones de yenes (5.082 millones de euros), un 21% más que lo esperado anteriormente.
Además, espera un beneficio operativo de 800.000 millones de yenes (6.067 millones de euros), un 21,21% más, como reflejo de sus continuos esfuerzos por mejorar la rentabilidad.