Hino Motors, la filial de Toyota especializada en vehículos comerciales e industriales, deberá pagar 1.600 millones de dólares en multas y compensaciones tras admitir que trucó las emisiones de sus motores diésel en Estados Unidos. El acuerdo, anunciado por las autoridades estadounidenses, incluye sanciones civiles y compensaciones a los propietarios de los vehículos afectados.
Un escándalo que sacude al gigante japonés
La investigación reveló que Hino utilizó software diseñado para manipular los resultados de pruebas de emisiones en varios modelos vendidos en Estados Unidos, permitiendo que los vehículos parecieran cumplir con las normativas medioambientales cuando, en realidad, emitían niveles de contaminantes significativamente superiores a los límites permitidos.
Este caso es uno de los mayores escándalos de fraude en la industria automotriz desde el Dieselgate de Volkswagen en 2015, y representa un golpe reputacional significativo para Toyota, que ha promovido su imagen como líder en sostenibilidad y tecnologías limpias.
Detalles del acuerdo de Hino
El acuerdo alcanzado entre Hino y Toyota y las autoridades de EEUU incluye:
- Multas y sanciones: 720 millones de dólares en sanciones civiles impuestas por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés).
- Compensaciones a clientes: 680 millones para indemnizar a los propietarios de los vehículos afectados, incluyendo reparaciones gratuitas, programas de recompra y extensión de garantías.
- Medidas de remediación ambiental: 200 millones destinados a proyectos que mitiguen el impacto de las emisiones adicionales generadas por los motores trucados.
Además, Hino se ha comprometido a realizar auditorías externas e implementar nuevos controles para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales en el futuro.
Reacción de Hino y Toyota
En un comunicado, Hino Motors admitió las irregularidades y expresó su compromiso de trabajar para recuperar la confianza de los consumidores: "Reconocemos la gravedad de nuestras acciones y estamos decididos a corregir nuestros errores. Pedimos disculpas sinceras a nuestros clientes y a las autoridades por cualquier daño causado".
Toyota, como matriz de Hino, también ha asegurado que cooperará plenamente con las autoridades y tomará medidas adicionales para reforzar los estándares éticos y de cumplimiento en toda la organización.
El caso Hino se suma a una serie de investigaciones internacionales que han puesto de relieve la persistencia de prácticas fraudulentas en la industria automotriz, especialmente en lo que respecta a motores diésel. Este tipo de escándalos ha acelerado la transición hacia vehículos eléctricos y otras tecnologías limpias, que cuentan con regulaciones más estrictas y menos margen para manipulaciones.