El gigante mundial de la producción de baterías, el grupo chino CATL, está sacando provecho del despegue de la movilidad eléctrica. La compañía ganó en el segundo trimestre de 2022 un 164% más que en el mismo periodo de 2021 a pesar de las complicaciones surgidas por nuevas olas de coronavirus en China.
El fabricante de baterías para los coches eléctricos de marcas como Tesla, Volkswagen y BMW, obtuvo un beneficio neto de 6.680 millones de yuanes (974,61 millones de dólares) de abril a junio, según los cálculos de Reuters. Los ingresos de CATL también aumentaron hasta 64.290 millones de yuanes en el período de tres meses, desde los 24.910 millones de yuanes de hace un año.
Encarecimiento del litio
A pesar del incremento del volumen de negocio y del beneficio, CATL también sufrió los efectos del encarecimiento del litio, que provocó un recorte en el margen de rentabilidad desde el 22% a final de 2021 hasta el 15%.
CATL se beneficia del aumento de las ventas de vehículos eléctricos y de su cuota de mercado en la fabricación de baterías, que creció 6,2 puntos y llegó al 34,8 % en el primer semestre, según datos de SNE Research citados por Reuters. El segundo fabricante mundial de baterías es el grupo coreano LG Energy Solution, que ganó un 73% menos, suma el 14,4% del mercado.
Inversión en Hungría
La compañía china anunció hace unos días que invertirá 7.340 millones de euros en la construcción de una planta de baterías de 100 gigavatios-hora (GWh) en Debrecen, al este de Hungría, que se convertirá en una de las más grandes de Europa y del mundo. La construcción de su segunda planta de baterías en Europa tras la que tiene en Alemania comenzará este mismo año y tendrá una superficie de 221 hectáreas. Además, ha confirmado que el proyecto suministrará tanto celdas como módulos a los fabricantes de automóviles europeos.
Su capacidad es mucho más elevada que la tienen, por ejemplo, las plantas de baterías de Volkswagen, incluida la de Segunto, o la proyectada por Envision en Extremadura, que llegan en ambos casos a 40 GWh. En cambio, la inversión de CATL es también muy superior, de 7.340 euros frente a unos 3.000 millones en el caso de las dos gigafactorías españolas.
