Representantes del Gobierno central y del Gobierno de Aragón visitaron este viernes los terrenos en Figueruelas donde se construirá la gigafactoría de baterías de Stellantis y del grupo chino CATL. La planta, que se erigirá sobre una superficie de 800.000 metros cuadrados, representa una inversión de 4.100 millones de euros y se ha convertido en un proyecto estratégico tanto para Aragón como para la industria automotriz de España. Y también en una muestra de una inusual unidad política en un contexto general de crispación como contribución a la competitividad para atraer más inversiones.
El ministro de Industria, Jordi Hereu, encabezó la comitiva, acompañado por el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la ministra de Educación, Pilar Alegría. Durante la visita, los dirigentes destacaron la importancia de esta gigafactoría como motor de la transición industrial hacia el coche eléctrico y como plataforma para atraer nuevas inversiones al país. “Vamos a construir un proyecto emblemático que garantiza la sostenibilidad ambiental al lado del progreso económico de miles de familias”, declaró Hereu.
El proyecto, que aúna la ambición de Stellantis con la experiencia de CATL -desafiando la tensión entre la UE y China- en baterías de litio hierro fosfato (LFP), es parte del esfuerzo de España por liderar la transición hacia una movilidad sostenible. La construcción de la planta comenzará a finales de 2025 y se espera que para finales de 2026 inicie la producción con una capacidad de hasta 50 GWh, sujeta a la evolución del mercado y al apoyo continuo de la Unión Europea.
La fábrica de baterías de @StellantisES y CATL en Zaragoza es un proyecto beneficioso para todos y que además será motor de atracción para otros futuros proyectos.
— Jordi Hereu (@jordihereub) January 17, 2025
👇 Más y mejor #industria pic.twitter.com/QCiEFtEn69
Oportunidad para captar inversiones
La gigafactoría de Stellantis y CATL no solo es una iniciativa relevante para el sector automotriz, sino que también refuerza la reindustrialización de Europa en un momento crítico. Jordi Hereu enfatizó que España está llamada a convertirse en un “hub industrial” capaz de atraer inversiones de Estados Unidos, China y otros países. “El impulso industrial y la necesaria reindustrialización de Europa son la oportunidad de España”, declaró el ministro.
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, también subrayó el impacto transformador del proyecto para la región. “Esta inversión nos posiciona para atraer más proyectos y generar más prosperidad en Aragón”, afirmó. Para Azcón, la gigafactoría es una muestra de que Aragón puede competir y ganar en el escenario global, convirtiéndose en un foco de innovación y desarrollo económico.
Mensaje de la unidad política
La visita a los terrenos de Figueruelas también dejó patente la colaboración entre las distintas administraciones para garantizar el éxito de esta iniciativa. “Es fundamental cumplir con los compromisos climáticos y consolidar a España como líder en la industria de la automoción”, señaló Hereu, quien destacó el respaldo europeo como pieza clave en el desarrollo del proyecto. La inversión de la gigafactoría ha sido posible, según Hereu, gracias también a la "cooperación". "Estamos todos juntos y ese es un gran mensaje que enviamos desde Aragón y España al mundo, de que sabemos sumar para ganar el futuro".
Por su parte, Pilar Alegría, ministra de Educación y representante aragonesa en el Gobierno central, puso de relieve la importancia de apostar por la formación y el talento local para acompañar esta transformación industrial. “La educación y la formación profesional jugarán un papel clave para garantizar que esta transición beneficie a la mayoría de la sociedad”, afirmó.
La gigafactoría no solo simboliza un avance en la transición hacia el coche eléctrico, sino que también promete un impacto significativo en el empleo y la economía local. Se prevé la creación de unos 3.000 puestos de trabajo directos y más indirectos, consolidando a Figueruelas como un epicentro industrial en Europa junto a la fábrica de Stelantis.