Gestamp cerró el ejercicio de 2020 con unas pérdidas netas de 71 millones de euros debido al impacto de la pandemia en su actividad. Un año antes, el proveedor de automoción conseguió un beneficio de 212 millones. Para 2021, la empresa espera lograr un volumen de negocio similar al de 2019.
La primera mitad de 2020 estuvo marcada por los efectos del parón de la economía y por las medidas de emergencia adoptadas por la empresa para paliar sus efectos. Los primeros frutos de esas medidas se empezaron a contabilizar en el segundo semestre de 2020 con la implementación de la primera fase del plan de transformación, que incluye medidas de reducción de costes y de flexibilidad y que derivaron en "un aumento de los niveles de rentabilidad".
La cifra de negocio de Gestamp ascendió a 7.456 millones de euros, lo que supone una disminución del 17,8% en la comparativa con los 9.065 millones de euros que ingresó en el año anterior. Al cierre de 2020, la empresa contaba con una deuda neta de 2.058 millones de euros, un 11,6% menos respecto a 2019, mientras que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) disminuyó un 29,3%, hasta 757 millones de euros.
Recuperación del negocio en 2021
El presidente ejecutivo de la empresa, Francisco Riberas, afirmó que, en un entorno de mercado "sin precedentes", la firma se movió "con rapidez" y demostró que su modelo de negocio es resiliente, al tiempo que preservó el balance y generó flujo de caja positivo. "Gestamp seguirá creciendo con el foco en la generación de caja, aprovechando su capital invertido y las nuevas tecnologías, apoyando las necesidades de nuestros clientes en su camino hacia la electrificación", subrayó.
De cara a 2021, Gestamp prevé que sus ingresos superen en 1,5 puntos el crecimiento del mercado mundial de producción de automóviles, mientras que su margen de Ebitda será de más del 12% a finales de año, gracias a la ejecución del plan de transformación. La corporación trabaja con el objetivo de lograr un margen de Ebitda del 13% (10,2% en 2020), a lo que contribuirán los volúmenes de negocio similares a los contabilizados en 2019, así como los menores costes fijos, entre otros factores.