Industria

El frágil equilibrio del mercado de minerales clave para coches eléctricos

Las fluctuaciones en los precios de litio, níquel, cobalto y grafito ponen en jaque el suministro global de baterías

Laboratorio de baterías de Volkswagen / VW

Laboratorio de baterías de Volkswagen / VW

Juan Carlos Payo

13.02.2025 18:05h

3 min

Los mercados de minerales estratégicos para los vehículos eléctricos han vivido una montaña rusa en los últimos años. Tras una escalada histórica en los precios entre 2021 y 2022, que multiplicó por ocho el valor del litio y encareció significativamente el níquel, el cobalto y el grafito, el sector experimentó un parón y recesión abruptos en 2023. Hoy, el precio del litio ha caído más de un 80% y el resto de los minerales han reducido su valor a la mitad.

Este descenso no responde a una caída en la demanda. De hecho, la demanda de litio ha crecido un 25% anual desde 2021, mientras que el níquel, el cobalto y el grafito han visto incrementos de entre un 7% y un 10%. La clave de la caída de precios ha sido un crecimiento descontrolado de la oferta, especialmente en regiones como África, Indonesia y China, y un exceso de inventario de productos derivados, como celdas de batería y cátodos. Sin embargo, esta aparente estabilidad esconde vulnerabilidades estructurales que podrían comprometer el suministro a largo plazo.

Dependencia y riesgos de desabastecimiento

A pesar de que el mercado parece bien abastecido en la actualidad, la concentración geográfica de la producción plantea un riesgo significativo. China, Indonesia y unos pocos países dominan la refinación de litio, níquel y cobalto, y más del 90% de la producción de grafito se encuentra en manos de estos actores. Esto significa que cualquier interrupción en el suministro de un solo país podría desencadenar un colapso del mercado global.

El análisis de resiliencia de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestra que, si China dejara de exportar litio, cobalto y grafito, o si Indonesia limitara la exportación de níquel, la oferta global disponible sería insuficiente para cubrir la demanda proyectada en 2035. En el caso del cobalto y el grafito, los suministros restantes solo cubrirían entre el 25% y el 30% de la demanda, lo que resultaría en una escasez crítica.

Restricciones comerciales y su impacto en los costos

En los últimos meses, China ha intensificado los controles a la exportación de minerales clave. Desde diciembre de 2024, ha restringido la salida de galio, germanio y antimonio, materiales esenciales para semiconductores. En febrero de 2025, se han sumado el tungsteno, el telurio, el bismuto, el indio y el molibdeno. Además, los exportadores deben solicitar permisos para vender grafito, lo que podría encarecer drásticamente el costo de producción de baterías.

Si se repitiera una situación como la de 2010, cuando el precio de los elementos de tierras raras se disparó hasta diez veces debido a restricciones chinas, el impacto podría ser devastador. Un alza similar en el precio del grafito podría incrementar en un 45% el costo de los paquetes de baterías, reduciendo su competitividad y ralentizando la electrificación del parque automovilístico. En mercados como Estados Unidos y Europa, donde las baterías ya son un 30% y 50% más caras que en China, este desequilibrio podría ampliarse hasta el 70%, dificultando la producción local y afectando el empleo en sectores estratégicos.

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