Los 1.700 empleados de la fábrica de motores de Ford en Bridgend (Reino Unido) han sido despedidos ya varias veces. En los últimos meses, la plantilla de la factoría ha visto como la multinacional norteamericana anunciaba en público el cierre de la planta como minimo en dos ocasiones.
El último anuncio se produjo el jueves 27 de junio mediante un comunicado en el que la compañía recopilaba las medidas que ya había comunicado previamente en su plan de reestructuración del negocio en Europa, que de momento afecta a 12.000 empleados. El comunicado fue difundido en Europa y en la sede central de Ford en Detroit y forma parte de las decenas de notas de prensa y comunicaciones enviadas a la autoridad bursátil de Estados Unidos relacionados con el ajuste para conseguir que el negocio europeo sea rentable.
Beneficios en bolsa
La difusión de la información de los 12.000 puestos que recortará Ford mediante el cierre o venta de seis fábricas, incluida la del Reino Unido, tuvo un efecto inmediato en los 'brokers' de la Bolsa de Nueva York. Las acciones de Ford subieron ipso facto más de un 3% marcando un punto de inflexión en relación con la cotización de los títulos en las jornadas previas con una tendencia a la baja.
Ford es el último ejemplo, llevado al extremo, de las grandes compañías que anuncian despidos como si fueran inversiones o beneficios con el fin de inflar el valor de las acciones en la bolsa. Hay muchos más casos de compañías del sector del automóvil y de otras actividades, pero pocas llevan al nivel de reiteración en los anuncios para intentar capitalizar las medidas para reducir costes y aumentar el margen de rentabilidad.
General Motors también sacó provecho del anuncio de 14.000 despidos y el cierre de siete factorías en noviembre de 2018, que le reportó el mismo día una subida en la bolsa de casi el 5%. Tesla también se ha benefiado en varias ocasiones de los anuncios de recortes de plantilla que ha hecho su consejero delegado, Elon Musk.