Rusia recibirá de lleno el impacto de la reestructuración del negocio europeo de Ford. La compañía norteamericana ha anunciado un plan radical en Rusia que incluye el cierre de tres fábricas de ensamblaje de turismos y de motores.
La caída sufrida en las ventas de coches de Ford en los últimos años en Rusia ha llevado a la marca a tirar la toalla y anunciar que abandona la producción y comercialización de turismos en el mercado ruso. A partir de 2020, Ford solo venderá vehículos comerciales en Rusia en busca de la rentabilidad perdida.
Coste de 500 millones
La consecuencia de esa decisión estratégica es el cierre de las factorías de ensamblaje de turismos de San Petersburgo y Naberezhnye Chelny así como la fábrica de motores de Elabuga. La compañía no ha cuantificado los trabajadores que perderán su empleo, aunque ha asegurado que "se requerirán salidas significativas y se llevarán a cabo mediante programas voluntarios hasta donde sea posible".
La sociedad Ford Sollers cesará la producción de coches en junio de 2019. Los cierres y los despidos tendrán un coste para Ford de 450 a 500 millones de dólares, que incluyen alrededor de 300 millones por amortizaciones anticipadas y 200 millones en compensaciones para los empleados y los proveedores. Este gasto se enmarca en la partida de 7.000 millones de dólares programada por Ford para reestructurar su negocio en todo el mundo.
