La industria automovilística española y la distribución de vehículos estarán a partir de ahora en manos de Luis de Guindos como nuevo ministro de Economía, Competitividad e Industria, y de Cristóbal Montoro, que seguirá teniendo la llave de la caja. Las fábricas y los concesionarios dependerán de las disputas entre Guindos y Montoro. En manos de los dos ministros de formación y perfil financiero estarán asuntos tan importantes y urgentes como la decisión sobre las ayudas al sector, tanto las del Pive y el Movea como las que exigen los fabricantes para adjudicar sus modelos a plantas españolas. Guindos sale reforzado El nombramiento de Guindos y Montoro es también un ejemplo más de la continuidad con matices del Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, desde la dimisión de José Manuel Soria la industria ya estaba en manos de Guindos en funciones. Y de hecho, Guindos ha tenido que enfrentarse en los últimos años a Montoro para vencer su resistencia a subvencionar el automóvil. La preocupación del sector puede venir por el intento de acabar con el Pive que hizo el ministerio de Guindos recientemente, quizá más como paso previo para iniciar una finalización progresiva. El único cambio previsible es que Guindos ahora tiene más poder y tendrá el respaldo directo del sector frente a Montoro, que puede salir debilitado. Al sector siempre le quedará el recurso al arbitraje de Rajoy, que se ha apoyado en la automoción para apuntalar la recuperación de la que presume.