El sector automovilístico europeo atraviesa un periodo de incertidumbre y desaceleración en 2024, con una caída del 44,7 % en el beneficio conjunto de los principales fabricantes, que sumaron 35.080 millones de euros. La transición hacia la movilidad eléctrica, el aumento de los costos y la competencia de las marcas chinas han marcado un año desafiante para la industria.
La facturación total de los gigantes europeos del automóvil —Stellantis, Grupo Renault, Mercedes-Benz, Volkswagen y BMW— ascendió a 825.782 millones de euros, un 5,5 % menos que en 2023.
Caídas significativas en los beneficios
Stellantis registró un descenso del 70 % en su beneficio, situándose en 5.520 millones de euros, mientras que su facturación cayó un 17 %, alcanzando los 156.878 millones. La empresa atribuye esta situación a los desfases en la transición de modelos y a medidas para reducir inventarios en Europa y Estados Unidos. Estos resultados propiciaron la salida de su consejero delegado, Carlos Tavares, en diciembre.
El Grupo Renault también sufrió una caída del 65,8 % en sus beneficios, llegando a 752 millones de euros, afectado principalmente por la situación de su socio japonés Nissan. No obstante, su facturación creció un 7,4 %, alcanzando los 56.230 millones de euros.
Mercedes-Benz experimentó una reducción del 28,4 % en sus beneficios hasta los 10.409 millones, impactado por la caída en las ventas del mercado chino. Su facturación también disminuyó un 5,4 %, situándose en 145.594 millones de euros.
Volkswagen registró una caída del 32,77 % en su resultado neto, obteniendo 10.721 millones de euros, debido al entorno competitivo en China y al incremento de costos, aunque su facturación alcanzó los 324.700 millones.
Por su parte, BMW redujo su beneficio en un 37 % hasta los 7.678 millones de euros, afectado por la debilidad de sus ventas en China y problemas con sus sistemas de frenos.
Un entorno desafiante para la industria
Los fabricantes europeos se enfrentaban a regulaciones más estrictas para reducir las emisiones de CO2 según la normativa comunitaria CAFE, que la Comisión Europea plantea flexibilizar en los límites de emisiones, permitiendo que los fabricantes que no alcancen la reducción del 15 % en 2025 respecto a 2021 puedan compensar el exceso hasta 2027 sin recibir sanciones.
Además, el auge de los fabricantes chinos, como BYD, MG y Chery, que han fortalecido su presencia en Europa con precios más competitivos y una creciente oferta de vehículos eléctricos, representa otro desafío para la industria del Viejo Continente.
Para hacer frente a esta situación, los fabricantes europeos han intensificado su apuesta por la electrificación. Renault alcanzó un 33 % de ventas de vehículos electrificados en 2024, con un crecimiento del 4,1 % respecto al año anterior, impulsado por modelos como el Renault 5 E-Tech. Mercedes-Benz, por su parte, prepara una ofensiva eléctrica con el lanzamiento del Clase S en 2026, el GLC y la Clase C en versiones completamente eléctricas, junto con variantes híbridas y eléctricas de Mercedes-AMG.
La industria automotriz europea se encuentra en un momento crucial, donde la adaptación a la movilidad sostenible, la regulación ambiental y la competencia global determinarán el futuro de los fabricantes en los próximos años.