La electrificación de la fábrica de Volkswagen de Navarra será una realidad a final de 2025, pero el cambio ha empezado ya y se puede percibir con claridad con el inicio de las obras. La inversión global de más de 1,000 millones para adaptar la factoría con el fin de producir dos modelos eléctricos comienza a dar frutos con la construcción de nuevas naves e instalaciones.
La parte más visible se localiza junto a las naves de montaje, donde la compañía está edificando una nueva línea en la que se ensamblará la base con las baterías de los nuevos SUV eléctricos de las marcas Volkswagen y Skoda. Esta línea de montaje adicional, que ocupa unos 10.000 metros cuadrados, coexistirá con las dos que había hasta ahora, en las que se seguirán montando los vehículos de combustión.
Cambios en VW Navarra
Sin embargo, los nuevos eléctricos y los modelos de gasolina compartirán el resto de la cadena de montaje para los elementos comunes como laterales y puertas, según explicó Miguel Ángel Grijalba, director de producción de Volkswagen Navarra, durante una visita a la fábrica de un grupo de periodistas. Sin embargo será necesario sustituir las estructuras que sujetan los coches en la línea con el fin de reforzar los pulpos, tal como se denomina en el argot de la industria de automoción, para que puedan soportar el mayor peso de los turismos propulsados por baterías.
Otra de las inversiones más importantes que ya se está implementando es la sustitución de la unas prensas gigantes en las que se estampan las piezas metálicas por otra más moderna y que amplía la capacidad de prensado de 38.000 kilos a 81.000, con lo cual se podrá dar forma a algunas piezas metálicas de los nuevos modelos eléctricos. Durante el periodo de las obras, las dos prensas que siguen en funcionamiento están al límite de su capacidad para dar respuesta a toda la producción.
La nueva prensa supone una inversión de 53 millones de euros e incorpora también una reducción en los procesos necesarios al pasar de seis a cinco operaciones. Al mismo tiempo, la compañía está instalando nuevas naves mediante carpas para ganar espacio logístico de los nuevos componentes de los vehículos eléctricos.
Próximas fases
Las próximas fases incorporarán más obras importantes como la reforma de las instalaciones de pintura para conseguir que sean más respetuosas con el medio ambiente, así como el traslado de vías del tren que cruzan el recinto de la factoría a un trazado que bordea la planta de Landaben, para lo que hay "negociaciones avanzadas" con Renfe y Adif.
Estas obras de adaptación de la fábrica de Volkswagen Navarra forman parte del proyecto de electrificación Future: Fast Forward (F3) que impulsa Volkswagen y Seat junto a una alianza de unas cincuenta firmas proveedoras que cubren toda la cadena de valor del nuevo ecosistema para vehículos eléctricos. El proyecto, que suma una inversión global de 10.000 millones, incluye también la planta de baterías de Sagunto.
La empresa prevé aprovechar el periodo de vacaciones para llevar a acabo las obras que requieren una paralización de la línea de montaje, aunque necesitará más días para llevar a cabo todas las adaptaciones. Para ello, la empresa ha presentado un ERTE preventivo para dar respuesta a la plantilla de 4,577 empleados. El compromiso de Volkswagen firmado en el último convenio colectivo es que no haya reducciones de plantilla cuando se empiece a fabricar los nuevos modelos. Además, en julio Volkswagen Navarra dejará de producir el Polo, que ha ido bajando su peso en volumen de fabricación al 20% frente al 50% del T-Cross y el 30% del Taigo, al trasladar el montaje a Sudáfrica.
Una fábrica histórica desde 1965
La electrificación supondrá una revolución para una fábrica histórica que comenzó en 1965 para producir vehículos de la empresa británica Authi, a la que siguió la etapa bajo la dirección del INI junto a Seat y, por último, la de la absorción por parte de Volkswagen en 1984.
El presidente de Volkswagen Navarra, Michael Hobusch, destacó que la factoría de Pamplona es "un referente en calidad y productividad" que dará un salto con la llegada de los nuevos modelos eléctricos, aunque ha subrayado la "garantía de futuro" que supone producir eléctricos y combustión al mismo tiempo para adaptarse a la demanda real.