Cuando en enero de 1993 Checoslovaquia se divorció, sin dramas ni histerias, por la iniciativa de su presidente, el escritor, dramaturgo, político y premio Príncipe de Asturias Václav Havel, la República Checa era la rica y Eslovaquia se enfrentaba a un futuro incierto. La primera era el país de Skoda, la empresa que había pasado a formar parte del grupo Volkswagen en 1991 y se convertía en la gran apuesta como marca generalista y de acceso, en detrimento de Seat que hasta ese momento era la ‘niña bonita’ del grupo y que entonces pasaba a tener un papel incierto. La desequilibrada situación terminó desencadenando la primera gran crisis de la marca española, en 1994 se habló ya con fuerza de la desaparición de Seat. Fue la primera vez que la antigua Checoslovaquia amenazaba la industria automovilística española.
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En 1993 República Checa fabricó más de 220.000 turismos y Eslovaquia poco más de mil, tres décadas después de la segregación, el pequeño ha superado al grande y ha adelantado a su vecino en eficiencia industrial. Eslovaquia produce 184 coches por 1.000 habitantes, mientras en la República Checa se hacen 105.
Eslovaquia eleva la productividad
Eslovaquia, un pequeño país con un tamaño similar al de Aragón y una población ligeramente inferior a la Comunidad de Madrid, 5,4 millones de habitantes, con espectaculares castillos y atravesada por los montes Tatra, es un lugar de cuento con una ubicación estratégica perfecta en el centro de Europa y con salidas rápidas a los más grandes mercados de la UE.
Una década después del amistoso ‘divorcio’ Eslovaquia protagonizaba algunas de la tasa de crecimiento más importantes de Europa, el 10,8% del PIB en 2007, lo que llevó a apodarla el ‘Tatra Tiger’, un crecimiento impulsado por el sector de automoción. Es uno de los países más productivos del mundo y con más alta fabricación de coches per cápita.
En 2019 Eslovaquia alcanzó su record de producción, 1,1 millones de vehículos, y en 2022, tras los problemas del Covid, los chips y la guerra de Ucrania, país que es frontera, llegó al millón, cifras similares a las de su vecino en los mismos años. La automoción supone el 47,7% de toda la industria del país, el 43% de las exportaciones y emplea a 164.000 personas.
Crecimiento de la automoción
Actualmente en Eslovaquia hay cuatro plantas de producción de automóviles de Volkswagen, Stellantis, Kia y Jaguar Land Rover (JLR) a la que se sumará próximamente Volvo Cars que el pasado mes de julio anunció una inversión de 1.200 millones de euros en la localidad de Kosice, al este del país, para fabricar a partir de 2026 unos 250.000 turismos eléctricos al año. Será la quinta fábrica de automóviles en Eslovaquia, donde hay también hay una de autobuses, Troliga Bus, en Levoca
Si tenemos en cuenta que la china BYD acaba de anunciar que su primera fábrica europea estará en la vecina Hungria, parece confirmarse el desplazamiento de los nuevos centros de producción lejos de la Península Ibérica. La amenaza a la industria de automoción española vuelve a reactivarse en el Este.
Jaguar Land Rover, nueva planta
Jaguar Land Rover (JLR) ha sido el último fabricante en llegar a Eslovaquia, por ahora. Arrancó la producción en Nitra en 2018 en la que es la primera planta en Europa continental del grupo y donde produce los modelos Defender y Discovery para todo el mundo. Dirigida desde el pasado mes de mayo por un español de Zaragoza, Guillermo Mancholas, acaba de anunciar su electrificación ante de que acabe esta década. Aunque, por ahora el fabricante británico no ha desvelado qué productos serán.
Volkswagen fue el primer fabricante que en 1999 empezó a producir en la nueva Eslovaquia, en una antigua fábrica de Skoda en la capital, Bratislava. Especializada en carrocerías SUV actualmente los V Touareg, además de los Audi Q7 y Q8, el Porsche Cayenne y el Skoda Karoq.
En 2003 llegó la antigua PSA Peugeot Citroën (actualmente Stellantis) y se instaló en Trnava, a unos 50 km al este de Bratislava donde se han producido los pequeños Peugeot 208 y Citroën C3. Actualmente fabrica también baterías y será la encargada de montar el Citroën C3 eléctrico que se anuncia como el más asequible del grupo con un precio de unos 25.000 euros.
La coreana Kia llegó en 2004 a la localidad de Zilina, al noreste del país, y arrancó la fabricación en 2007. Fue la primera fábrica europea de la marca coreana, produce vehículos y motores, actualmente se montan allí el Sportage y el Xceed.