La cascada de expedientes de regulación de empleo temporales en el sector del automóvil por culpa del coronavirus ya ha empezado. Algunos proveedores siguen los pasos de las multinacionales fabricantes de automóviles, que están preparando ERTE o ya los han presentado para estar preparados para un parón por falta de piezas. La última víctima es la planta de Kostal Ibérica y sus 800 empleados.
La dirección de Kostal Eléctrica, situada en Sentmenat (Barcelona), ha comunicado a los trabajadores su intención de aplicar un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) para 800 trabajadores para hacer frente a la caída de la producción debido al efecto del coronavirus. Kostal Eléctrica ha justificado el expediente temporal por la falta de componentes procedentes de sus proveedores tanto de China como de Europa, que le provocará una caída de la producción de entre el 25 y el 30 % en las próximas semanas.
La falta de información sobre cuándo podrá restablecerse el suministro de componentes y el fuerte impacto del coronavirus en Europa han llevado a la compañía a plantear este ERTE, que se podría empezar a negociar con los sindicatos a finales de la semana que viene y podría estar acordado 15 días más tarde.
ERTE por fuerza mayor
El ERTE se presentará alegando razones de "fuerza mayor" con un periodo de negociación con el comité de 15 días. CCOO ha pedido a la compañía que agote las medidas de flexibilidad interna antes de aplicar un ERTE para perjudicar así lo mínimo posible a la plantilla.
El secretario general de CCOO de Industria del Vallès Occidental, Josep Rueda, ha lamentado este ERTE y ha advertido que, a partir de ahora, empezarán a plantearse más medidas de este tipo en una situación que ha equiparado con "un tsunami".
Tanto Seat como Nissan se plantean poner en marcha un ERTE en las fábricas de Martorell y de Barcelona en previsión de que se quedan sin todas las piezas necesarias. La factoría de Volkswagen de Navarra ya ha presentado un ERTE preventivo y otros proveedores como Magneti Mareli ya han pactado un ERTE que se basa en el descenso de pedidos y, parcialmente, en elimpacto del Covid-19.
