Un caso de racismo con un trabajador le puede salir muy caro a Tesla, tanto en coste económico como por la repercusión interna. Un jurado federal de San Francisco acaba de condenar al fabricante de coches eléctricos a pagar una indemniación millonaria de 137 millones de dólares a un empleado al que discriminó por ser negro. Algunos accionistas han reaccionado impulsando la votación de una propuesta para rectificar los protocolos internos en la compañía que dirige Elon Musk.
Owen Díaz ha tenido la paciencia suficiente como para aguantar elproceso judicial hasta el juicio contra la empresa a la que denunció por considerar que fue discriminado por motivos racistas. Los juristas consultadas por la prensa norteamericana coinciden en señalar que se trata de un caso único ya que el denunciante no estaba sometido al régimen de arbitraje obligatorio al no formar parte de la plantilla de Tesla ya que era un empleado contratado de forma eventual en la fábrica de Fremont (California).
Nuevo protocolo de Tesla
"El veredicto envía un mensaje a las empresas estadounidenses de que es necesario asegurarse de que no se produzca una conducta racista", dijo a Reuters Lawrence Organ, el abogado del extrabajador de Tesla. Owen Díaz se mostró satisfecho con el veredicto del jurado tanto por su caso particular como por otros trabajadores que sufren un trato vejatorio o discriminatorio por su raza.
Algunos accionistas alarmados con esta sentencia quieren forzar a Elon Musk a revisar su forma de actuar y a extender la fórmula del arbitraje para evitar nuevos pleitos largos y arriesgados.
Sin embargo, la vicepresidenta de Tesla, Valerie Capers Workman, escribió en el blog de la compañía que los protocolos internos contra el racismo han cambiado en los últimos años y que se recuerda a los nuevos contratados que "no se tolerarán los insultos discriminatorios, sin importar la intención o quién los esté usando".
