La encuesta de población activa (EPA) del segundo trimestre de 2020 es una de las más atípicas de la historia de la estadística del INE. Tan atípica como el confinamiento que se vivió durante los meses de marzo a junio. La EPA que radiografía el impacto laboral del coronavirus y del estado de alarma en la economía permite confirmar las conclusiones del sondeo Auto Mobility Trends lanzado por Coche Global e YGroup.
En el avance del barómetro centrado en los efectos de la Covid-19 en las empresas del sector de la automoción, una de las conclusiones era que el 19,5% de las compañías habían tenido que prescindir de trabajadores temporales como una de las primeras medidas para afrontar el parón de la actividad aunque habían mantenido sus plantillas indefinidas. Eso fue posible gracias a la aplicación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para mantener a trabajadores en barbecho a la espera de la recuperación.
Ahora, la última EPA publicada confirma esa tendencia y la cuantifica. La industria automovilística redujo su mano de obra ocupada en 21.100, empleados en el segundo trimestre de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019, lo que supone un 9% menos. Los concesionarios y talleres también prescindieron de 20.000 empleados, un 6% menos. Después de esos recortes, que no incluyen los empleados en situación de ERTE, las plantillas de la industria de automoción suman 213.100 ocupados a los que hay que añadir los 316.100 de la red comercial y de reparación.
Medidas contra los rebrotes
El indicador adelantado que suponen los resultados de Auto Mobility Trends en relación con la Covid-19, presentados en Casa Seat mediante un evento 'online', advertían del fuerte impacto del confinamiento en el negocio de las empresas, con un 70% de las mismas que prevén un recorte de facturación del 30% o superior. La consecuencia es una caída del PIB del 18,5% en el segundo trimestre certificada por el Banco de España.
Poco a poco vamos conociendo la magnitud del tsunami del coronavirus en la economía y el mercado laboral. No hay precedentes para algo así. Por ello, es necesario poner todos los parches necesarios para contener la hemorragia, tanto en la actividad económica como en los empleos. Nuevamente, los ERTE son imprescindibles a pesar de la elevada factura que supone para las arcas públicas.
Pero todas esas ayudas y medidas para aliar la catástrofe económica y laboral no servirán de nada si los rebrotes siguen proliferando. Aunque tienen una parte positiva que consiste en la detección precoz de casos asintomáticos, es necesario que todas las piezas encajen para rastrearlos y tomar medidas más precisas que permitan evitar confinamientos masivos.
