Como quien oye llover, la industria del automóvil de Estados Unidos sigue a lo suyo o, lo que es lo mismo, ningunea a Donald Trump y sus amenazas al sector. El salón Los Angeles Auto Show es una buena muestra de ello. Entre las novedades presentadas por los grupos norteamericanos se encuentran algunos modelos fabricados en el extranjero, un pecado mortal para el nuevo presidente de EEUU. El grupo FCA (Fiat Chrysler) ha presentado como gran novedad en el salón del automóvil de California el primer SUV de Alfa Romeo (Stelvio), que será la carta de presentación de la marca de Fiat en el mercado estadounidense al que llegará mediante la importación desde Italia.
Deslocalizaciones y despidos
Ford ha apostado por la nueva generación del modelo Ecosport, un todocamino pequeño que se produce en cinco países (Brasil, India, Rumanía, Tailandia y China) que no incluyen Estados Unidos, donde se empezará a vender en el 2018. En el salón de Los Ángeles, el consejero delegado de Ford, Mark Fields, ratificaba la hoja de ruta de la firma de trasladar la producción del Focus a México y localizar otros dos modelos más en el área de Detroit. El salón de Los Ángeles llega unos días después de las elecciones ganadas por Trump y después de que General Motors haya anunciado 2.000 despidos en fábricas de Estados Unidos por una reestructuración de la producción. Eso sí, en un entorno en el que la industria ha creado miles de empleos en EEUU en los últimos años aunque a costa del traslado de fábricas de Detroit al sur del país.
