Los 12.500 despidos anunciados por Nissan como parte esencial del plan para hacer frente al brusco desplome del beneficio no convence a la bolsa. Las acciones de Nissan han perdido un 5,2% de su valor en la Bolsa de Tokio en tan solo tres días en un clima de desconfianza en la prensa japonesa y occidental sobre el plan presentado por un cuestionado consejero delegado, Hiroto Saikawa, y con Renault, su principal accionista, salpicado en sus resultados.
En tres jornadas de cotización, del miércoles al viernes, los títulos de Nissan en el parquet de Tokio han caído un 5,2% al pasar de 782 yenes a 741 al cierre de la sesión de este viernes, es decir, 41 yenes menos. El descenso agrava la fuerte caída por las acciones de Nissan desde abril pasado, cuando inició un desplome con la presentación de los resultados de 2018 que ha llevado a las acciones de la firma a perder un 23%.
La prensa japonesa ha mostrado su sorpresa por el rápido deterioro de las cuentas de Nissan, que redujo en un 94,5% su beneficio neto y en un 99% sus ganancias operativas. Además, la prensa apunta dudas sobre la capacidad de la dirección de Nissan para ejecutar de forma exitosa sus planes de mejora del resultado en un momento en el que está pagando las consecuencias del final súbito de la era de Carlos Ghosn.
Críticas de la prensa
Pero las dudas se extienden también a Estados Unidos, donde el articulista de Bloomberg David Fickling apunta que "el fabricante de automóviles está tomando el camino de menor resistencia al sacrificar unidades en el extranjero en lugar de abordar problemas más grandes en Japón". El Finantial Times, propiedad del grupo mediático japonés Nikkei, advierte de que la propuesta de Hiroto Saikawa supone "una invitación para los inversores de entrar en territorio incierto".
Para completar el clima de desconfianza en relación con Saikawa y la actual dirección de Nissan, en el cuartel general de Renault, principal accionista de la japonesa, no ha sentado nada bien el vuelco de la marca, que está a un paso de entrar en pérdidas y ha provocado un recorte del beneficio del 50% del grupo francés. El episodio se produce con el conflicto latente entre Nissan y Renault sobre la fusión que quieren los franceses y que acabó frustrando la unión con el grupo Fiat Chrysler (FCA).
