El grave problema provocado por la falta de microchips en la industria de automoción puede alargar sus efectos mucho más allá de lo que se temía. La Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) ha rebatido las peores previsiones que apuntaban a una mejora en el segundo semestre. Los proveedores creen que la crisis de los semiconductores puede durar hasta "bien entrado" el 2022, aunque el consuelo es que lo peor ha pasado ya para las fábricas de componentes y vehículos.
Así lo ha señalado Clepa en un informe, recogido por Europa Press, donde indica que las interrupciones en la cadena de suministro de esta clase de componentes ha retrasado la producción de unos 500.000 vehículos en todo el mundo.
Lo peor ha pasado
"El segundo trimestre de 2021 ha sido muy desafiante y todavía vemos interrupciones en la fabricación, con retrasos en la producción y ocasionales situaciones de parones. Si bien la crisis aún no ha terminado, creemos que ya hemos visto lo peor y no es probable que la situación se deteriore aún más", ha apuntado el presidente de Clepa, Thorsten Muschal.
Sin embargo, el directivo ha subrayado que estos efectos podrían durar hasta "bien entrado" el 2022, una circunstancia que también tiene efectos en los proveedores al ser los primeros que reciben el impacto y no poder suministrar a las marcas automovilísticas elementos básicos para los vehículos como centralitas electrónicas.
Clepa ha destacado que la crisis de los microchips evidencia la importancia de fortalecer la industria europea de microelectrónica, ya que en la actualidad entre el 60% y el 70% de estos chips se importan de Taiwán y China. "Una respuesta oportuna a la crisis de los semiconductores es fundamental para fortalecer la competitividad de la Unión Europea y proteger los puestos de trabajo de miles de ciudadanos", ha reivindicado Clepa, que recuerda que la automoción es responsable del 37% de la demanda de semiconductores en Europa, en comparación con una cuota del 10% a nivel global. "Una estrategia exitosa de la Unión Europea para la microelectrónica solo se puede lograr si se basa en el papel central de los proveedores de automóviles", ha añadido Clepa.
Producción de chips en Europa
El informe de la asociación llama la atención sobre el papel de las pequeñas y medianas empresas, que necesitan transformarse rápidamente, por lo que ha pedido que sean apoyadas para evitar perder puestos de trabajo. "Las pequeñas y medianas empresas se encuentran en una posición particularmente desafiante, porque a menudo están más sujetas a las circunstancias que las rodean y no a las soluciones que puedan dar. Dependen mucho de las decisiones que toman otros en la cadena de valor", ha asegurado el representante de Pymes en Clepa, Marco Stella.
Hace unos días, el proveedor alemán Bosch inauguró una planta de microchips en Alemania que en buena parte se destinarán al sector de automoción.